El gabinete de curiosidades llega a Zamora; un espacio para el misterio, el asombro y las ciencias

Cartel gabinete de curiosidades

Su particular cámara de las maravillas permanecerá abierta del 19 de abril al 14 de junio en la sala de exposiciones del Edificio de La Alhóndiga

Conferencias, visitas guiadas de la exposición o sesiones de magia muy exclusivas que permitirán viajar en el tiempo y descubrir el colosal acervo cultural existente en toda forma de expresión simbólica, mágica y religiosa

El gabinete de curiosidades del ilusionista Paco González aterriza en Zamora tras más de quince años actuando por todo el mundo y compartiendo su concepción filosófica y antropológica de la magia, tanto en el ámbito profesional de la comunidad internacional de ilusionistas como en todo tipo de foros de divulgación cultural y científica.

A lo largo de sus constantes viajes, Paco ha reunido una gran colección de objetos relacionados con el pensamiento mágico, la religión, los ritos y ceremonias ancestrales, así como diferentes dispositivos ópticos del siglo XIX (precedentes del cine actual); objetos que configuran el relato de un viaje apasionante a través de las cosmovisiones y paradigmas de la cultura humana.

Su particular cámara de las maravillas permanecerá abierta del 19 de abril al 14 de junio en la sala de exposiciones del Edificio de La Alhóndiga, un marco absolutamente evocador donde se va a desarrollar un completo programa de actividades diversas como conferencias, visitas guiadas de la exposición o sesiones de magia muy exclusivas que permitirán al visitante viajar en el tiempo y descubrir el colosal acervo cultural existente en toda forma de expresión simbólica, mágica y religiosa.

¿Qué son los gabinetes de curiosidades?

Durante los siglos XVI y XVII, surgen en Europa los Gabinetes de Curiosidades o Cámaras de Maravillas, colecciones de temática heterogénea y carácter exótico que ocupaban amplias estancias de casas señoriales y palacios, o pequeñas selecciones de piezas que se exhibían en el interior de lujosos muebles expositores creados expresamente para tal fin. Unas y otras cumplían el propósito de estimular la imaginación del observador, saciar esa curiosidad tan propia del hombre cultivado del Barroco y plantear sugerentes preguntas sobre lo extraño e inexplicado.

Los gabinetes de curiosidades permitían a unos pocos privilegiados expandir los límites de su pequeño mundo sin moverse de sus suntuosas residencias en un ambiente de misterio y conocimiento que nunca dejaba a nadie indiferente: autómatas inquietantes que imitaban el movimiento de todo tipo de seres de variada condición, fantasmagóricos espectros de hierático semblante que pululaban ingrávidos sobre las cabezas de quien los contemplaba absorto, figuras y máscaras de tribus lejanas asociadas a rituales mágicos, cuadros de oníricas escenas o representaciones míticas de la antigüedad, instrumentos de navegación, sofisticados artilugios para la observación astronómica, minerales, conchas marinas y fósiles, osamentas de especímenes de ultramar asociadas a criaturas fantásticas de poderes extraordinarios...

Cualquier pieza tenía cabida en estos gabinetes siempre y cuando alimentase esa atmósfera de magia, ciencia y misterio que las constituía para el deleite de reyes, aristócratas, artistas e intelectuales.