"Fuera de cobertura": la campaña de Cáritas para "conectar" con las personas sin hogar

Fuera de cobertura la campaña de Cáritas para conectar con las personas sin hogar
Casa Betania de Zamora atiende en un año a cerca de 400 "sin techo", mujeres y hombres con recursos económicos, pero insuficientes para acceder a una vivienda

Los perfiles han cambiado pero el estigma se mantiene. No tienen problemas con el alcohol o con las drogas ni padecen ninguna enfermedad mental. Son mujeres y hombres que se han quedado "fuera de cobertura" porque tienen acceso a recursos como el Ingreso Mínimo Vital (IMV) pero no a una vivienda digna o a un empleo que les permita reunir la fianza que piden los propietarios de  los pisos en alquiler.

La situación se agrava para los extranjeros que viajan hasta España en busca de una vida mejor y que esperan meses y meses a que el Gobierno regularice su situación. Esta es la realidad de las personas sin hogar en España que Cáritas Zamora quiere visibilizar con su campaña "Fuera de cobertura", con actividades como la lectura de un manifiesto y una canción, este jueves en el entorno de la iglesia de Santiago El Burgo, o una eucaristía el próximo domingo en San Ildefonso.

La realidad de esas personas sin techo que nos cruzamos por la calle no está tan alejada de lo que consideramos una situación "normal". Por Casa Betania han pasado en un año 390 personas en busca de un techo, con estancias que van  desde días hasta varios meses. El hogar de Cáritas tiene 28 plazas y hoy solo hay libres 3, aunque su directora, María León, matiza que "unos rotan a otros" y que de media pasan por Casa Betania unas 40 personas al día más los 35 que utilizan el servicio de comedor.

Y recuerda que "todos tenemos derecho a elegir donde vivir", también esas personas que sin el apoyo familiar, con pocos  recursos y con empleos muy precarios acaban sin poder pagar un a casa en la que refugiarse. En Casa Betania conviven bajo el mismo techo muchos perfiles. Algunos han querido dar la cara y contar su historia en la rueda de prensa que Cáritas convocó para dar a conocer la campaña de visibilización.

Diego es madrileño, adicto a las drogas, temporero durante la vendimia que denuncia la situación de precariedad en la que trabajan: 20 días de trabajo, 2 días dados de alta en la Seguridad Social y cuando se acaba la temporada, sin derecho a paro.

Ahora, con un lumbago que le permite moverse a duras penas, intenta desengancharse de las drogas en Proyecto Hombre y encontrar ese espacio de dignidad que se consigue con trabajo y una vivienda digna. Carmen es salvadoreña, una abuela de 52 años que huyó de la violencia de su país con la esperanza de traer a sus nietos a España y alejarlos de las maras.

Llegó a Madrid hace 1 año y tras ser recogida por una amiga recaló en Zamora, una provincia pequeña en la que creyó se acortarían los plazos para lograr asilo y permiso de trabajo. Lleva esperando 8 meses.

Adriano es portugués, de Braganza, un divorcio, un contrato falso de trabajo y una operación de cadera le abocaron a la calle. En Casa Betania desde hace dos meses asegura que lucha , sobre todo, por su hijo de 15 años.

Mohamed es marroquí, se casó en Zamora, pero la separación de su mujer le dejó sin hogar con apenas 32 años. Aterrizó en Cataluña hace 3 años y asegura que si no fuera por Cáritas estaría pidiendo en la calle. Tiene derecho al permiso de residencia, al llevar más de dos años en España, pero no ha sido posible lograrlo.

María León lo explica: tiene derecho pero para acceder debe tener un contrato de trabajo que no hemos podido encontrar. Mientras espera aprende español y su ilusión es poder trabajar como cocinero o peluquero, sectores en los que tiene experiencia.

Todos coinciden en que sin Casa Betania estarían en la calle y perderían la dignidad que otorga tener un techo y una familia. Y aunque no pueden acceder a una vivienda, una realidad que afecta a cada vez más españoles, son personas con posibilidades a las que las circunstancias las han dejado "fuera de cobertura" en una sociedad donde la exclusión residencial es ya una realidad.