Fallece Antolín Martín Martín, quien fuera alcalde y presidente de la Diputación de Zamora
La imagen del zamorano duchándose con una manguera atrincherado durante la toma del Cuartel Viriato, en junio de 1990, dio la vuelta al mundo.
El que fuera alcalde y presidente de la Diputación, José Antolín Martín Martín, fallecía anoche a los 69 años en Salamanca a causa de una enfermedad que sobrellevaba en los últimos años. Completamente apartado de la vida pública y dedicado a su actividad profesional en los últimos años, con la desaparición de Antolín Martín se cierra un capítulo de la historia de Zamora que tuvo su momento culminante con la toma del Cuartel Viriato, el 30 de mayo de 1990. La alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, ha iniciado este mediodía su último pleno guardando un minuto de silencio en memoria del fallecido.
Su fotografía dándose una ducha en el interior del viejo cuartel o despachando asuntos oficiales en bañador se convirtió en una de las principales noticias nacionales dio la vuelta al mundo. Un alcalde de Alianza Popular de una pequeña ciudad como Zamora había sido el primero en saltar los muros del viejo cuartel, ya en desuso, para que revertiesen a la ciudad como Campus Universitario.
Acompañado por un grupo e hombres y mujere
Antolín Martín Martín fallecía anoche en Salamanca de forma discreta, como eligió hacerlo en los últimos años e incluso durante sus mandatos al frente del Ayuntamiento y de la Diputación de Zamora. Hombre honesto que defendió la transparencia y la honradez en las instituciones, el fallecido fue quien hizo que saltase a los tribunales el "Caso Zamora", que supuso su suicido político.
Alcalde por Alianza Popular desde 1987 a 1991, Antolín Martín accede a la presidencia de la Diputación ya bajo las siglas del Partido Popular en 1991, cargo que desempeña hasta 1997, año en que es suspendido de militancia por el PP y desbancado por la presidencia por una moción auspiciada por los suyos, que hizo que continuase en la institución como diputado del Grupo Mixto.
Dedicado exclusivamente a su trabajo y a su familia en los últimos años, Antolín Martín siempre será recordado por aquel episodio que puso en pie a la ciudad y por aquella imagen irrepetible, la de un alcalde duchándose en bañador con una manguera atrincherado en un cuartel que legítimamente revirtió a la ciudad de la más hermosa forma: como Campus Universitario donde los jóvenes pueden asomarse al futuro.
Ese es el gran legado que Antolín Martín deja a esta ciudad.