Cristina Sánchez, dueña del gimnasio Invictus, asegura tener una sensación de abandono por parte de las instituciones
Uno de los colectivos más afectados dentro de los autónomos es el personal que dirige los gimnasios. En este caso, Zamora News ha mantenido una charla con Cristina Sánchez, la encargada de llevar la dirección de Invictus. Como la mayoría de los centros deportivos sus puertas cerraron el pasado 14 de marzo, por lo que el ingreso actualmente es de cero. Sin embargo, los gastos no se han reducido: luz, agua y el local.
Cristina Sánchez es la gerente del gimnasio Invictus y al igual que otros centros deportivos, la situación que atraviesa este colectivo es, a día de hoy, muy negativa. Sin ingresos, pero con los gastos fijos que supone tener un local con estas condiciones. Luz, agua y el recinto tienen que ser abonados y las ayudas por parte de las instituciones no llegan.
Hay que sumar la cuota de autónomos, la cual Cristina Sánchez asegura que ha tenido que abonar los meses de marzo y abril, y añadía que solo espera que no tenga que ingresar la del mes de mayo.
Además, la posibilidad de apertura se reduce a entrenamientos personales para deportistas federados, por lo que abrir un gimnasio de 1.200 metros cuadrados, como es el Invictus, no resultaría nada positivo ya que aumentaría los gastos.
Lo estipulado para los centros deportivos de este tipo y que no se consideran de alto rendimiento era que la apertura fuese en la fase 3, aproximadamente el 8 de junio. Sin embargo, el estancamiento que ha sufrido Zamora en la fase cero hace que la vuelta a la actividad incluso llegue a prolongarse hasta principios de julio.
Dentro de la crisis que golpea a los autónomos, Cristina Sánchez asegura que la sensación es de abandono por parte de las instituciones, ya que lo único que han podido saber son las condiciones de apertura, las cuales desconocen si cambiarán en un futuro. La gerente del gimnasio Invictus señala que el Gobierno no dice cuándo podrán abrir, pero calcula que pueden llegar a ser casi 50 días más de cierre.
A pesar de seguir pagando los gastos fijos, el gimnasio ha eliminado la cuota a los socios y los prepagos se han tenido que paralizar.
Esto provoca que la situación sea agobiante, con el personal en ERTE y sin ninguna ayuda por parte de las instituciones, a excepción del cobro del cese de actividad. Sánchez reconoce que desconoce hasta dónde podrá llegar de esta forma, sobre todo si continúa recibiendo "mazazos" como el descarte de pasar de fase en dos ocasiones.
Las condiciones de reapertura siguen la tónica general, sin sueperar un tercio del aforo y la obligación de tener que ir a entrenar con cita previa, en periodos de una duración máxima de hora u hora y media. Además, habría que añadir los productos para garantizar las medidas de seguridad, como mamparas, geles hidroalcóholicos y productos para la desinfección del calzado.
En el momento en el que llegue la esperada reapertura, Cristina Sánches trasladaba a Zamora News que será como el primer día, ya hace tres años, con la absoluta incertidumbre de cuál será la respuesta, ya que la sociedad, en caso de que tampoco tenga ingresos, no se podrá permitir el pago de una cuota de gimnasio. Además, Sánchez considera lícito que la gente tenga miedo a juntarse y a poder contagiarse.
La buena noticia es que en el Invictus "somos como una gran familia", lo que garantiza la vuelta de los miembros habituales que acuden para entrenar y ejercitarse. La situación de los trabajadores también es delicada ya que solamente podrán acudir en función de la demanda, si la respuesta de la gente no es buena no habrá opción para mantener a todos los empleados.
Hay que recordar que el Ayuntamiento ha puesto a disposición de los autónomos una línea de ayudas, la cual ha solicitado aunque sin obtener una respuesta por el momento. A pesar de todas las dificultades, Cristina aseguraba con firmeza que ella es optimista de cara a un futuro y pide una mayor difusión de la situación que viven.