Crecida del Duero: Zamora ante una estampa mágica y el riesgo del desborde

Crecida del Río Duero Zamora
El río, que normalmente transita calmado por la ciudad, hoy luce grandioso y majestuoso, casi como un río salvaje que se desborda de su cauce natural

Cientos de zamoranos se han congregado a lo largo de las márgenes del río Duero, fascinados por la impresionante crecida que recorre la ciudad. El fenómeno, alimentado por las intensas precipitaciones de las últimas semanas y el deshielo en las montañas, ha convertido al padre Duero en un torrente de agua que marca máximos anuales y se acerca peligrosamente al límite del desborde. La Policía Local ha sido testigo de la magnitud del suceso, con la necesidad de balizar varias zonas de paseo a lo largo de la margen derecha, desde las aceñas de Olivares y Gijón, hasta la izquierda, en las cercanías de Pinilla y Cabañales, donde el agua ha llegado a cubrir los caminos.

El río, que normalmente transita calmado por la ciudad, hoy luce grandioso y majestuoso, casi como un río salvaje que se desborda de su cauce natural, forzando las antiguas aceñas que en otro tiempo sirvieron para moler cereales, ahora convertidas en monumentos que cuentan la historia de otros tiempos. Este espectáculo natural no solo ofrece una imagen espectacular, sino también pone en evidencia el poder de la naturaleza y el impacto de los fenómenos climáticos en la región.

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Zamora, testigo de la fuerza de la naturaleza

Durante la tarde de hoy, decenas de vecinos se acercaron al río para disfrutar de este espectáculo único. Aunque la imagen resulta imponente, también genera inquietud, pues el caudal del Duero ha alcanzado los 463,71 metros cúbicos por segundo, con puntas que a inicios de semana llegaron a superar los 470, lo que augura que el máximo aún está por llegar. Los paseos a lo largo del río, habitualmente lugares tranquilos para pasear, se han visto inundados, forzando a la Policía Local a delimitar ciertas áreas para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Sin embargo, el desbordamiento del río no es solo una preocupación estética. La crecida se debe, en gran medida, a la confluencia de los afluentes del Duero, que vienen cargados de agua debido al deshielo y las constantes precipitaciones de las últimas semanas. A medida que las presas de la zona comienzan a desembalsar el agua acumulada para evitar daños mayores, se espera que el nivel del río siga aumentando a lo largo de esta semana, lo que podría generar nuevas avenidas de agua en varios puntos de la ciudad.

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El Duero y su historia viva

A lo largo de la jornada de hoy y durante el fin de semana, los zamoranos seguirán siendo testigos de cómo el Duero se apodera de las márgenes de la ciudad. El río se convierte, de manera temporal, en un gigante que sobrepasa su cauce, pero también muestra la resistencia y la adaptación de los zamoranos, quienes, por generaciones, han vivido en armonía con las fluctuaciones naturales de este río emblemático.

Aunque la crecida deja imágenes espectaculares, el nivel de alerta sigue siendo alto, y las autoridades instan a la población a extremar la precaución, ya que la situación podría cambiar en cualquier momento. El Duero sigue avanzando, y su estampa mágica sigue marcando la historia de un invierno que, sin duda, quedará en la memoria de todos los que han tenido la suerte de presenciar este fenómeno natural.