La bandera de Zamora que ondea en Lisboa
La bandera de Zamora ha llegado hasta Lisboa en el extraordinario movimiento juvenil de la Jornada Mundial de la Juventud. Lo vivido en Portugal con el Papa Francisco no puede pasar desapercibido para nadie, exceptuando para aquellos que sí tienen interés en minimizar sus efectos o en reducirlos a la anécdota de un cántico puntual y desafortunado.
La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) es un encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa. Es, además, una peregrinación, una fiesta de la juventud, una expresión de la Iglesia universal y un fuerte momento de evangelización del mundo juvenil. Se presenta como una invitación a una generación determinada en construir un mundo más justo y solidario. A pesar de su identidad claramente católica, está abierta a todos, tanto a los más cercanos a la Iglesia, como a los más distanciados.
Desde su primera edición, que tuvo lugar en la ciudad de Roma en 1986, la Jornada Mundial de la Juventud destaca como un laboratorio de fe, un lugar de nacimiento de vocaciones para el matrimonio y la vida consagrada y un instrumento de evangelización y transformación de la Iglesia.
El papa Francisco, un octogenario ajeno a los cánones de la cultura juvenil, ha compartido tiempo y mensajes con cientos de miles de jóvenes que han hecho suyo el discurso del Evangelio.