El mítico Artemio Pérez se despide tras 38 años como presidente de la AAVV de Pinilla

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"Gracias, gracias y gracias": Gracias, gracias y gracias: Artemio Pérez se despide tras 38 años como presidente vecinal de Pinilla

Tras 38 años al frente de la Asociación de Vecinos de Pinilla, Artemio Pérez se despide de su cargo dejando tras de sí una trayectoria cargada de lucha, compromiso y amor por su barrio. Desde 1988, cuando asumió por primera vez el cargo, ha sido un incansable defensor de los intereses de sus vecinos, una figura imprescindible en la historia reciente del barrio y un referente del movimiento vecinal en Zamora.

He sido muy bruto, no hice caso ni a mi hija, ni a mi hijo, ni a mi mujer… solo tiraba pa’lante”, confiesa ahora con una mezcla de humildad y resignación. Su prioridad durante estos años ha sido el barrio, incluso por encima de su propia familia. Y los frutos de esa entrega están ahí: infraestructuras, mejoras urbanas, servicios públicos y sobre todo, un tejido vecinal que ha sabido crecer, movilizarse y mantenerse gracias al empuje de una junta directiva que, como él mismo dice, “ha sido mi verdadera fuerza”.

Las grandes conquistas de un barrio obrero

Artemio ha sido el rostro visible y la voz insistente que durante décadas llamó a las puertas del Ayuntamiento, sin descanso, hasta lograr importantes mejoras. Entre sus mayores logros está el cerramiento del arroyo en Borico, una obra clave para dignificar la zona que consiguió con el entonces alcalde Andrés Luis Calvo. También destaca el cambio completo de las cañerías del barrio, dejando atrás las viejas tuberías de hierro por unas modernas de PVC, gracias al esfuerzo conjunto con Antonio Vázquez Jiménez en su segundo mandato.

Pero su legado va más allá de lo técnico. Ha sido promotor y defensor de las instalaciones deportivas de Pinilla —10.500 metros cuadrados que hoy albergan campo de fútbol, piscina y frontón— y que, como él recuerda con orgullo, “se hicieron con el trabajo y aportación personal de los vecinos”. No solo se construyó, también se mantuvo con esfuerzo y constancia, algo que diferencia a Pinilla de otros barrios.

Reconocimiento a lo que se hace bien

Artemio no duda tampoco en reconocer lo que se ha hecho bien desde las instituciones, como el nuevo puente sobre la vía del tren, una infraestructura que ha descongestionado la calle Cañizal y que considera fundamental. “Se lo agradezco a Francisco Guarido, y se lo he dicho. Hay que saber reconocer lo que está bien hecho”, asegura sin rencores, aunque lamenta no haber sido recibido últimamente por el actual alcalde.

El relevo y el merecido descanso

Ahora, con la jubilación como presidente ya efectiva, el testigo lo toma Miguel Ángel Cepeda, quien asumirá el reto de mantener vivo el trabajo iniciado hace décadas. Artemio le desea suerte y le deja no solo los proyectos ya iniciados —como la apertura de una sala de bingo para mayores— sino también un barrio mejor que el que él se encontró. “Yo ya me voy. Que no digan que sigo ahí. Les deseo lo mejor”, afirma con la sinceridad de quien se ha entregado sin pedir nada a cambio.

Un agradecimiento eterno

Pero si hay algo que Artemio quiere que se destaque por encima de todo, es su agradecimiento. “Gracias, gracias y gracias. A mi junta directiva, a los que están y a los que ya no están. Gracias a ellos yo he podido hacer todo esto. No he sido yo solo, hemos sido un grupo”. Su voz se quiebra, pero su mensaje es claro: el éxito de estos 38 años es colectivo.

El barrio es Zamora aunque esté en la margen izquierda

Pinilla es más que un barrio. Es un símbolo de lucha obrera, de vecindad y de compromiso. Y Artemio Pérez ha sido durante casi cuatro décadas el corazón de esa lucha. Hoy se marcha con la conciencia tranquila y el respeto de todo un barrio que le debe más de lo que muchos sabrán nunca. El pasado 12 de mayo convocó una asamblea y dejó el camino de la lucha vecinal tras 38 años de sacrificios y sinsabores, pero también tras muchos logros para el barrio.

Desde Zamora News, nos sumamos a ese agradecimiento colectivo. Porque sí, gracias, gracias y gracias, Artemio. Por Pinilla. Por Zamora. Por no rendirte nunca.