El arte zamorano que vuelve a engalanar una ciudad malagueña

Cristobalina Fernández de Alarcón. Ayuntamiento de Antequera (2)
La escultura, realizada por el artista zamorano Pedro Fernández Roales, es un símbolo de identidad, de arraigo y de gratitud hacia una poetisa cuyas palabras resonaron en cada rincón de Antequera

Antequera ha vivido un momento de conexión con su pasado literario al inaugurar la escultura dedicada a Cristobalina Fernández de Alarcón, una figura emblemática en la historia literaria de la ciudad. Ubicada en las proximidades de San Agustín, esta obra de arte es mucho más que una simple estatua; es un recuerdo eterno, un homenaje sentido a una poetisa cuya pluma dejó una huella imborrable en el tejido cultural.

La escultura, realizada por el artista zamorano Pedro Fernández Roales, es un símbolo de identidad, de arraigo y de gratitud hacia una poetisa cuyas palabras resonaron en cada rincón de Antequera. Él, que nació en Zamora, pero eligió esta ciudad malagueña como su hogar, ha sabido capturar la esencia y la espiritualidad de Cristobalina Fernández de Alarcón en cada trazo de su obra, transmitiendo su fuerza y su legado a través del arte.

No es la primera vez que Roales deja su huella en las calles de Antequera. Como uno de los hijos pródigos de la ciudad, su arte ha ido enriqueciendo el patrimonio cultural de la localidad con su talento y su sensibilidad. Esta escultura, sin embargo, ocupa un lugar especial en su obra, ya que representa un tributo a una de las figuras más queridas y respetadas de Antequera.

Cristobalina Fernández de Alarcón. Ayuntamiento de Antequera (1)

Una escultura es más que una simple obra de arte; es un vínculo con su pasado, una conexión con sus raíces literarias. Es un recordatorio de que la poesía y la cultura siguen vivas en cada calle, en cada plaza y en cada rincón.