Alta Velocidad, baja fiabilidad: el AVE tortuga, Zamora vuelve a sufrir el vía crucis de RENFE
El tren con salida programada a las 20:11 en este 9 de julio un miércoles cualquiera, pero ....no partió hasta las 21:26. La llegada a la capital de España desde la Bien Cercada, prevista en poco más de una hora, se retrasó hasta las 22:45.
El AVE volvió a dejar a los pasajeros en la estación con caras largas, móviles en mano y paciencia agotada. El problema, sin explicación clara, refleja una vez más el abandono que sufre esta línea, donde los usuarios son los únicos que siguen pagando las consecuencias.
A las deficiencias en las frecuencias por decisiones políticas —como la reciente petición de Galicia para que los trenes lleguen antes y no con cuatro minutos de retraso a cambio de más paradas— se suman estos fallos de operación que agravan aún más el malestar de los zamoranos.
“Cuando no es pito, es flauta”, se escucha entre viajeros cansados de las excusas. Los retrasos se repiten y el desconcierto generalizado no tiene respuesta institucional. Ni explicaciones ni soluciones definitivas.
El AVE en Zamora, lejos de ser símbolo de modernidad y conectividad, empieza a convertirse en sinónimo de cabreo, abandono y resignación. Y quizá —como claman algunos usuarios— ha llegado el momento de dejar de usar un servicio que no cumple con lo prometido. Porque, de seguir así, más que Alta Velocidad, será alta frustración