El regreso de las lluvias en Zamora promete algún arcoíris en los próximos días
Los arcoíris son fenómenos ópticos y meteorológicos que se observan cuando la luz solar se refracta, refleja y dispersa al pasar a través de pequeñas gotas de agua en la atmósfera. El resultado es un espectro de colores que aparece en forma de arco, normalmente visible después de la lluvia o en presencia de humedad en el aire.
Este proceso comienza cuando la luz blanca del sol entra en una gota de agua. Al hacerlo, se refracta, es decir, cambia de dirección debido a la diferencia en la velocidad de la luz al pasar del aire al agua. La luz se descompone en diferentes colores, ya que cada uno tiene una longitud de onda distinta y, por lo tanto, se desvía en un ángulo diferente. Posteriormente, la luz se refleja dentro de la gota y sale de nuevo al aire, donde se refracta por segunda vez, intensificando los colores visibles.
Los colores en el arcoíris, en orden desde el exterior hacia el interior, son: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta. Este patrón de colores es constante debido a las propiedades de refracción y reflexión de la luz, aunque la intensidad y visibilidad del arcoíris pueden variar dependiendo de la cantidad de gotas de agua presentes y el ángulo del sol con respecto al horizonte.
Para que un arcoíris sea visible, el sol debe estar ubicado detrás del observador y las gotas de agua deben estar en la dirección opuesta, creando las condiciones ideales para que este fenómeno ocurra.
Este espectáculo natural no solo es llamativo, sino también una demostración de los principios básicos de la física de la luz y la interacción entre la radiación solar y el agua en la atmósfera.