El enigma sin resolver de los barcos de Cristóbal Colón

Santa Maria
La travesía de 1492, que cambiaría la historia al propiciar el encuentro entre Europa y América, ha sido estudiada al detalle generación tras generación. Sin embargo, uno de sus elementos más simbólicos, las embarcaciones que hicieron posible la gesta, se ha perdido en el tiempo. Hasta la fecha, las investigaciones no han conseguido aportar evidencias físicas que permitan reconstruir su destino final

Más de cinco siglos después del primer viaje transatlántico de Cristóbal Colón, el paradero de las famosas carabelas —la Niña, la Pinta y la Santa María— sigue envuelto en el misterio. A pesar de los numerosos intentos y de los avances en las técnicas de exploración submarina, no se ha conseguido localizar restos materiales de ninguna de ellas.

La travesía de 1492, que cambiaría la historia al propiciar el encuentro entre Europa y América, ha sido estudiada al detalle generación tras generación. Sin embargo, uno de sus elementos más simbólicos, las embarcaciones que hicieron posible la gesta, se ha perdido en el tiempo. Hasta la fecha, las investigaciones no han conseguido aportar evidencias físicas que permitan reconstruir su destino final.

Entre los principales obstáculos que enfrentan los arqueólogos destacan las profundas transformaciones sufridas por las costas donde Colón navegó. Factores como la erosión, las tormentas tropicales y el uso intensivo de las tierras han alterado de forma considerable el paisaje marino de zonas clave como el Caribe, dificultando enormemente cualquier búsqueda de vestigios. Además, la desfosforación, un proceso natural que elimina el fósforo de los restos orgánicos sumergidos, ha podido contribuir a la desaparición de materiales esenciales para identificar los naufragios.

Aunque expediciones especializadas han explorado lugares como la bahía de Santa Ana, en Jamaica, donde se cree que algunas naves pudieron terminar su periplo, los resultados han sido infructuosos. La búsqueda de las carabelas de Colón sigue siendo, todavía hoy, uno de los grandes retos de la arqueología marítima.