Un 23% de los jugadores españoles apuesta en sitios ilegales, según un estudio sobre el mercado de casino online
El informe de Jdigital y EY revela un aumento del juego no regulado en España, impulsado por incentivos promocionales y falta de claridad sobre los sitios legales.
El mercado ilegal de casino online en España continúa en expansión. Un informe reciente elaborado por Jdigital y EY muestra que el 23,4% de los jugadores encuestados ha utilizado plataformas sin licencia, mientras que un 9,3% reconoce hacerlo habitualmente. A pesar del marco regulatorio establecido hace más de una década, los expertos advierten que la confusión sobre la legalidad de los sitios y las estrategias agresivas de promoción están favoreciendo el crecimiento del juego no regulado.
El documento señala que casi la mitad de los usuarios que creen apostar solo en plataformas legales acceden a dominios como .com, .io o .bet, los cuales no cuentan con autorización para operar en España. Algunas de estas páginas incluso reproducen sellos de certificación falsos, lo que incrementa la confusión entre los consumidores y dificulta la detección de fraudes.
Los operadores ilegales también aprovechan la flexibilidad que ofrece la falta de supervisión, con bonos de bienvenida, recompensas ilimitadas y depósitos sin restricciones. En contraste, las plataformas reguladas deben cumplir con estrictas normas de publicidad y protección al consumidor. Según el estudio, esta diferencia ha reducido el atractivo del mercado autorizado y generado un entorno propicio para el avance de la clandestinidad
Redes sociales y anonimato digital amplían el acceso
El informe destaca el papel de las redes sociales como principal vía de entrada al mercado ilegal. Un 38% de los usuarios que han jugado en sitios no licenciados aseguran haberlos descubierto en YouTube, TikTok o Instagram. Además, el uso de VPN para evitar bloqueos geográficos se ha vuelto habitual: cerca de un tercio de los apostadores la utiliza para ocultar su actividad o acceder a páginas restringidas.
Entre los jugadores que realizan depósitos semanales de entre 800 y 1.000 euros, el 15% afirma haber conocido las plataformas ilegales a través de Telegram, una cifra muy superior a la de otros grupos de usuarios. Los analistas consideran que los operadores no regulados adaptan su estrategia de captación según la intensidad de las apuestas, concentrando esfuerzos en los jugadores de mayor gasto.
Según el estudio, el mercado ilegal movió 231 millones de euros en 2024, equivalentes al 16% del volumen del sector regulado. Los autores advierten que la cifra podría ser aún mayor, ya que la encuesta considera solo a quienes también participan en plataformas autorizadas.
Un enfoque en juego responsable
La investigación subraya la importancia de fortalecer la educación sobre el juego responsable y la identificación de plataformas seguras. Iniciativas impulsadas por operadores legales y campañas institucionales buscan concienciar a los jugadores sobre los riesgos de las plataformas no reguladas, especialmente aquellas que promueven apuestas de alto valor o prometen beneficios sin control.
Un estudio complementario de un casino online brasileño, que analiza el comportamiento de los apostadores, muestra que la mayoría de los jugadores participa por diversión o entretenimiento: el 72% apuesta por ocio, mientras que un 38% lo hace como complemento de sus ingresos mensuales, una práctica que los especialistas consideran de riesgo. El fomento de la moderación y la transparencia, sostienen los expertos, es clave para reducir la exposición a estos entornos no controlados.
Comparación con el contexto brasileño
En América Latina, Brasil atraviesa un proceso similar tras la reciente legalización de las apuestas y los casinos online. El Instituto Brasileiro de Jogo Responsável (IBJR) advierte que la alta carga tributaria, que puede alcanzar el 25% sobre la facturación bruta, podría fomentar el crecimiento del mercado ilegal, como ya ocurre en España. La entidad defiende un equilibrio regulatorio que permita mantener la competitividad del sector formal y evitar la migración de los jugadores hacia plataformas sin supervisión.
Ambos países enfrentan el mismo desafío: garantizar un entorno regulado atractivo para el usuario, con impuestos razonables y controles efectivos, que prioricen la protección del consumidor y limiten el avance del mercado ilegal.