Divina Proporción: en las noches de Toro, noche de vino, mujeres y música para recordar

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Marlena, Carmesí, Marilia Monzón y Maref fueron las protagonistas de una velada donde el talento femenino desbordó el escenario desde las 19.00 horas y hasta bien entrada la noche. El enclave no podía ser más acertado: rodeados de viñedos, con una copa de “Madremía”, “24 Mozas” o cualquiera de las otras exquisiteces de la casa, el público se dejó envolver por una atmósfera mágica.

Divina Proporción: noche de vino, mujeres y música para recordar en Toro

Toro se vistió de música y emoción este sábado en una de esas noches que quedan para el recuerdo. Cuatro artistas, un escenario único y más de mil asistentes con ganas de disfrutar, brindar y dejarse llevar por las melodías bajo las estrellas. La Bodega Divina Proporción volvió a demostrar por qué se ha convertido en un espacio de culto en la ciudad del vino, albergando un espectáculo enmarcado dentro del ciclo “Noches de Toro”, esta vez con nombre de mujer.

Marlena, Carmesí, Marilia Monzón y Maref fueron las protagonistas de una velada donde el talento femenino desbordó el escenario desde las 19.00 horas y hasta bien entrada la noche. El enclave no podía ser más acertado: rodeados de viñedos, con una copa de “Madremía”, “24 Mozas” o cualquiera de las otras exquisiteces de la casa, el público se dejó envolver por una atmósfera mágica.

La técnica estuvo al nivel de las voces. Carlos Marcos, al frente de Alpha Sonido, firmó una noche impecable en iluminación y sonorización. Profesionalidad y mimo en cada detalle para que las protagonistas brillaran aún más.

Maref fue la encargada de abrir la noche con su sensibilidad y energía íntima, seguida de una Marilia Monzón que demostró por qué su paso por Operación Triunfo no fue casualidad: voz delicada, carisma y esa conexión que traspasa el escenario. Carmesí, por su parte, ofreció una actuación vibrante, con mensaje, con fuerza, poniendo sobre la mesa una propuesta tan poética como reivindicativa.

Y para cerrar, Marlena, el dúo que ha conquistado escenarios dentro y fuera de nuestras fronteras, puso el broche de oro a una jornada inolvidable. Con su mezcla de pop emocional, letras pegadas al alma y presencia escénica arrolladora, pusieron a cantar y a vibrar al público, que no dejó de aplaudir ni un segundo.

La Divina Proporción volvió a ejercer de anfitriona de lujo: gastronomía, vino y música en un equilibrio que solo puede definirse con una palabra: arte. Toro vuelve a demostrar que es mucho más que historia y patrimonio; es un lugar donde la cultura se saborea, se escucha y se vive.

Y anoche, entre copas y acordes, brillaron ellas. Cuatro estrellas femeninas bajo el cielo toresano.