Muere esperando ayuda en el mismo Hospital: impotencia y dolor en Zamora por la muerte de un hombre de 78 años
El paciente, natural de San Esteban del Molar, se desplomó a la salida de una prueba diagnóstica en la zona de TAC. Testigos denuncian que no se activó un protocolo eficaz de reanimación durante más de 30 minutos.
Zamora ha vivido este martes una jornada trágica y desconcertante en el ámbito sanitario. Un hombre de 78 años, vecino de San Esteban del Molar, falleció en la zona de pruebas diagnósticas de TAC, del Hospital Provincial de Zamora tras sufrir una parada respiratoria a la salida de un TAC. Lo que debía ser una revisión rutinaria de control se convirtió en un episodio crítico que, según los testigos, estuvo marcado por la ausencia de personal médico inmediato y de medios de reanimación.
El suceso ocurrió sobre las 16:00 horas, en la planta cero del centro, donde se encuentra la zona de diagnóstico por imagen. El hombre, que había acudido al hospital acompañado por su sobrino, salió del TAC con dificultad para respirar y acabó desplomándose ante la atónita mirada de otros pacientes y familiares que se encontraban en la sala de espera.
Según relatan varios testigos presenciales, no había personal sanitario visible en ese momento en el pasillo, y fue el propio sobrino quien corrió a buscar ayuda. Durante varios minutos, nadie acudió a prestar auxilio, hasta que finalmente salieron el técnico de radiología y la radióloga, quienes intentaron una reanimación básica junto a algunas personas del entorno, sin medios y sin carro de parada ni desfibrilador a mano.
“Le estábamos intentando abrir la boca para que pudiera respirar. Le intentamos ayudar como pudimos, pero nada. La radióloga gritaba pidiendo ayuda, pero nadie venía”, relataba una de las mujeres presentes en el lugar.
El tiempo siguió corriendo. La radióloga, según el testimonio, practicaba la maniobra de RCP mientras pedía que llamasen a un médico. Tardaron entre 4 y 5 minutos en acudir los primeros facultativos, sin el equipamiento adecuado para una intervención de urgencia. Y aún más en llegar una UVI móvil desde el exterior, que no hizo acto de presencia hasta pasados 35 o 40 minutos desde el inicio de la parada.
“Estamos dentro de un hospital, ¿cómo es posible que haya que esperar a una UVI externa? Lo lógico es que se active un protocolo inmediato y alguien llegue con un desfibrilador o un carro de reanimación”, lamentan los testigos.
El paciente había superado recientemente un cáncer y se encontraba en seguimiento médico, acudiendo periódicamente a controles mediante TAC. Su estado era aparentemente bueno al ingresar para la prueba. El fallecimiento ha generado consternación y frustración entre quienes vivieron la escena y abre un grave interrogante sobre los protocolos de urgencia interna en un centro hospitalario.
La familia, profundamente afectada, no descarta emprender acciones para esclarecer si hubo negligencia o fallos estructurales en la respuesta. Por su parte, varios de los testigos piden que se revise con urgencia la dotación de personal y recursos en zonas clave del hospital, como la de diagnóstico por imagen, donde cada segundo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Este trágico suceso, en pleno centro sanitario, cuestiona el funcionamiento real de los protocolos de emergencia y recuerda la necesidad de garantizar que, en un hospital, siempre exista capacidad de respuesta inmediata ante una parada cardiorrespiratoria, sin depender de una ambulancia externa.
Zamora se irá a dormir hoy con una pregunta que nadie debería tener que hacerse: ¿es posible morir en un hospital sin recibir asistencia médica a tiempo? Para la familia de este hombre, la respuesta ha sido, tristemente, sí.