Zamora se prepara para reflexionar ante la mirada de Jesús Yacente

Yacente

La procesión del Yacente es una de las referencias de la pasión zamorana, especialmente el momento del canto del Miserere

Las 200 voces se preparan para recibir a Jesús ya fallecido sobre la cruz, ante la atenta y silenciosa mirada de miles de zamoranos

1941 fue el año en el que la Penitente Hermandad de Jesús Yacente tuvo su fundación. Desde entonces, ya en los primeros días, exactamente 36 desde que se descubrió la imagen hasta la celebración del cabildo Mayor, la acogida que tuvo la hermandad fue grande. 111 personas, jóvenes en su mayoría, ya formaban parte del Yacente, aunque a lo largo del año se sumaron cinco más.

Con sus rasgos de penitencia y solidaridad, la hermandad se ha convertido en un referente de la Semana Santa zamorana, culminando su protagonismo con el canto gregoriano del Miserere. 

Con actualmente 1300 hermanos, contando los de fila y los eméritos, la cofradía porta la imagen en unas sencillas andas sobre las que descansa el cuerpo de vida de Cristo con un sudario blanco, iluminado con cuatro velones, como entierro en nuestra tierra. 

Desde su primer desfile hasta la actualidad, la cofradía ha sufrido pocos cambios. Procesión en fila de tres, los cofrades recorren las calles de Zamora en función del color de su medallón y con un atuendo en el que predomina la lana blanca y con un fajín de color morado que se ciñe a la cintura. Sobre el pecho se coloca el medallón de alpaca, emblema de la Hermandad: la cruz con la corona y los tres clavos, mientras que los dos mayordomos lo hacen portando dos cruces de madera de tamaño natural. 

El desfile tiene su acto central y más emotivo con el canto del Miserere en la Plaza de Viriato. Obra del Padre Alcácer, el canto congrega a miles de personas que aguardan a la llegada de Jesús Yacente manteniendo un atronador silencio que eriza la piel. 

Una vez la imagen se encuentra entre los miles de asistentes, los versículos del Salmo 50 encogen el alma de los zamoranos. El coro, que interpretó por primera vez el Miserere en 1953 bajo la dirección D. Jerónimo Aguado, congregó a 16 cantores, mientras que en la actualidad ya cuenta con 200 voces que se encuentran dirigidos por Pablo Durán.