El terciopelo morado inunda las calles de Zamora rendida a la Vera Cruz

Vera Cruz Zamora
Jueves Santo, Zamora – Bajo el sol y las nubes amenazantes y con miles de fieles abarrotando el centro histórico, la Cofradía de la Santa Vera Cruz, Disciplina y Penitencia ha protagonizado un emotivo desfile que reivindica su condición como la procesión más antigua de la ciudad, con raíces que se hunden en el siglo XVI

Desde primera hora de la tarde, las aceras de las calles del centro de Zamora desde la plaza de San Andrés o del Seminario se vieron engalanadas por el característico manto morado, desplegado a lo largo de cientos de metros, y por el desfile disciplinado de hermanos enfundados en túnicas ceñidas con cíngulo amarillo y caperuz, perrosianos a la vara rematada con cruz, símbolo vivo de la cofradía.

Con un recorrido ligeramente modificado tanto en la ida como en el regreso —adaptado a la ausencia del antiguo templo-museo—, los once pasos de la Vera Cruz aguardaron estratégicamente en San Andrés. Los cargadores, agrupados y en tensión contenida, remataban los últimos preparativos mientras posaban para las tradicionales fotografías de recuerdo. A su alrededor, jóvenes cofrades y veteranos compartían silencios, susurrando plegarias que se colaban entre el murmullo expectante de la multitud.

“Cada año volvemos a sentir esa mezcla de emoción y responsabilidad”, explicaba uno de los hermanos mayores, mientras ajustaba la vara antes de iniciar la marcha.

El cortejo avanzó con paso firme, marcando el ritmo de un Jueves Santo que, desde el alba, promete extenderse hasta la madrugada del Viernes Santo. El silencio se rompía sólo por el crujir de la madera y el leve rasgueo de los tambores, y el aire se impregnó del olor a incienso y a cera.

La gran afluencia de público convirtió la procesión en un río morado de emoción desbordada. Conductores que llegaban tarde improvisaban aparcamiento, vecinos abrían balcones y turistas degustaban la solemnidad de la Semana Santa zamorana. En cada esquina, móviles alzados capturaban la estampa de la ciudad rendida ante su tradición más venerada.

Cuando los pasos retomaron la calle y volvieron de la Catedral el sol comenzaba a caer, tiñendo aún más de púrpura la silueta de la catedral y recordando a todos por qué la Vera Cruz es el auténtico emblema de la Semana Santa en Zamora: historia viva, patrimonio, devoción y belleza fundidos en un solo latido

Es Jueves Santo en Zamora la Bien Cercada

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