Los boletus sanabreses florecen tras las lluvias: la temporada micológica comienza en Sanabria
Los emblemáticos boletus, uno de los tesoros más apreciados por los aficionados a la recolección de setas, ya han comenzado a aflorar bajo los robles y pinos de esta rica zona natural. Pero más allá de la belleza y emoción que despierta esta actividad, la recolección de setas en un entorno protegido como el Parque Natural de Sanabria y alrededores debe hacerse con responsabilidad y pleno conocimiento.
Con más de 2.000 especies de setas creciendo en los montes zamoranos, la temporada micológica es una de las más esperadas del año, tanto por locales como por visitantes. Sin embargo, a pesar de la gran variedad de especies comestibles y delicias culinarias que ofrece la tierra sanabresa, también existe el riesgo de recolección inadecuada y de confusión entre especies seguras y aquellas que pueden ser peligrosas. En este sentido, la clave está en la prudencia y el respeto por el entorno.
La importancia del conocimiento y los permisos
Recolectar setas no es una actividad para tomar a la ligera. En muchos casos, se han reportado situaciones en las que recolectores inexpertos, movidos por la emoción, se han adentrado en los montes y han dañado el ecosistema, además de poner en riesgo su propia salud. Es fundamental conocer bien las setas que se recolectan y, sobre todo, respetar las normas y regulaciones que protegen estos espacios naturales.
El Parque Micológico Montes del Noroeste Zamorano (PMZA-50.001) y su zona de ampliación, que incluye municipios como Camarzana de Tera y Rabanales, requieren de permisos para recolectar setas. Estos permisos no solo garantizan que la actividad se llevará a cabo de manera controlada, sino que también ayudan a preservar el equilibrio de este recurso natural. Las tarifas para la recolección en ambas zonas, reguladas por el Programa Micocyl, son las siguientes:
Tarifa general recreativa : 10 € por dos días de recolección.
Permiso de temporada recreativo vinculado : 25 € (máximo 5 kg por persona y día).
Permiso comercial vinculado : 50 € (máximo 100 kg por persona y día).
Empadronados : 15 € para una recolección recreativa o comercial, con un máximo de 100 kg por persona y día.
Este tipo de regulaciones no solo aseguran que la actividad sea sostenible, sino que también buscan evitar situaciones de sobreexplotación o de malas prácticas, como la recolección indiscriminada sin tener en cuenta la conservación de las especies y su hábitat natural. Además, es importante recordar que recolectar setas sin los permisos adecuados puede resultar en sanciones económicas.
Recolección responsable: clave para la conservación
La micología, aunque fascinante, puede ser una actividad peligrosa si no se aborda con el conocimiento adecuado. El consejo de los expertos es claro: solo se deben recolectar aquellas setas que se puedan identificar con absoluta seguridad. Por ello, es recomendable asistir a cursos formativos y consultar guías especializadas para aprender a reconocer las diferentes especies. En caso de duda, es mejor dejar las setas en su entorno natural.
Otra recomendación importante es recolectar solo la cantidad necesaria para el consumo inmediato, ya que las setas son alimentos perecederos que no se conservan bien durante mucho tiempo. Además, se deben evitar las setas que crecen en los bordes de las carreteras o en zonas contaminadas, ya que pueden haber absorbido sustancias tóxicas del ambiente.
Consumir setas demasiado maduras o recolectadas por otras personas sin ser un experto en micología también es un riesgo que se debe evitar. De hecho, la prudencia es vital, ya que incluso entre especies aparentemente similares puede haber setas no comestibles que pueden provocar graves intoxicaciones. Ante cualquier duda sobre la comestibilidad de una seta, lo más sensato es abstenerse de consumirla, ya que algunas especies pueden resultar mortales.
El Cucurril, el gigante del bosque
Entre las numerosas variedades que podemos encontrar en los bosques de Sanabria, una de las setas más impresionantes es el Cucurril (Macrolepiota procera). Esta seta, de grandes dimensiones, puede llegar a medir hasta 30 centímetros de diámetro y alcanzar una altura de casi medio metro. Su sombrero, de color parduzco claro con escamas más oscuras, se extiende como una sombrilla y es una de las imágenes más características de los bosques zamoranos en otoño.
El Cucurril es un excelente comestible, especialmente en su fase más joven, cuando tiene forma de maza de tambor. Aunque su sombrero es aprovechable para la cocina, el pie de esta seta es fibroso y duro, por lo que no suele consumirse. Además, su carne blanca y blanda tiene un sabor agradable a nuez, lo que la convierte en una de las favoritas de los recolectores locales.
Disfrutar de la temporada micológica de manera consciente
La temporada de setas en Sanabria ofrece una oportunidad única para conectarse con la naturaleza y disfrutar de sus frutos, pero siempre con respeto y conocimiento. En esta época del año, los boletus y otras especies como el Cucurril son protagonistas en los bosques de la comarca, atrayendo a los aficionados de toda España. No obstante, para que esta actividad siga siendo sostenible y podamos disfrutarla año tras año, es fundamental seguir las recomendaciones de los expertos y respetar las normativas.
Recolectar setas no es solo una cuestión de llenar la cesta, sino de comprender el equilibrio natural y cómo nuestras acciones pueden afectar a largo plazo al entorno que tanto apreciamos. La micología es una actividad apasionante, pero requiere prudencia, conocimiento y, sobre todo, un profundo respeto por los bosques que nos brindan este tesoro natural