Quintanilla del Olmo, el municipio más pequeño de la provincia de Zamora

Quintanilla de Olmo, Por Diputación de Zamora
Descubre la historia y la arquitectura de uno de los pueblos más pequeños de la provincia

Situado en la comarca de Tierra de Campos, Quintanilla del Olmo es un municipio que destaca por su tamaño y su rica historia. Con una población de tan solo 45 habitantes (INE 2023) y una extensión de 13 kilómetros cuadrados, este pequeño enclave ofrece un vistazo a la vida rural de Castilla y León.

Quintanilla del Olmo ha sido testigo de importantes transformaciones a lo largo de los siglos. Su repoblación se llevó a cabo tras la invasión musulmana, cuando diversos grupos se asentaron bajo el dominio del Reino de León. En el siglo XIV, el municipio pasó a depender de los Fernández de Velasco, y en 1711, tras la pérdida de la condestabilía, se integró en la provincia de León. Finalmente, en 1858, Quintanilla del Olmo se incorporó definitivamente a la provincia de Zamora, consolidando su identidad regional.

La vida en este municipio transcurre de manera tranquila, caracterizada por un ritmo pausado que refleja el espíritu de los pequeños pueblos de la zona. Las festividades locales y las reuniones comunitarias son momentos clave para los habitantes, quienes se esfuerzan por mantener vivas las tradiciones y costumbres de la zona. Este sentido de convivencia y pertenencia es fundamental para los residentes de Quintanilla del Olmo.

El pueblo alberga dos ejemplos significativos de arquitectura religiosa. La ermita del Cristo de la Luz, un modesto edificio construido en tierra y ladrillo, destaca por su retablo recientemente restaurado, que añade un valor artístico y cultural a la zona. Por otro lado, la iglesia parroquial de San Babilés se distingue por su portada gótica y su pórtico abovedado. Hasta principios del siglo XX, esta iglesia contaba con un importante retablo gótico, que fue trasladado a la catedral de León. En su lugar, se instaló un retablo barroco que provenía de la demolida iglesia de San Lorenzo de Villalpando.

El paisaje que rodea Quintanilla del Olmo es predominantemente rural, caracterizado por extensos campos agrícolas y áreas de cultivo que conforman un entorno natural idílico. Este entorno no solo proporciona un atractivo visual, sino que también es esencial para la economía local, que se basa en la agricultura y la ganadería.