Un zamorano salva su vida en el atentado de Malí al averiarse su coche
"Los extranjeros no tenemos miedo. Mi único problema es no dejarme decapitar ante una cámara para que lo vean mis hijos"
Una avería en el coche ha salvado su vida. El zamorano M.B, descendiente de la comarca de Sanabria y residente en Malí donde tiene una pequeña empresa, había quedado con un amigo para cenar en La Terrasse. M.B sufrió una avería en el coche que le impidió regresar a Bamako, la capital, por lo que la cita quedó anulada en el restaurante donde más tarde fueron asesinados un francés, un belga y tres malienses. Su testimonio sobre la situación del país es estremecedor.
El testimonio de M.B, que prefiere preservar su identidad y datos personales, refleja la cruda realidad que viven los habitantes de países donde el yihadismo impone la ley del terror.
"Estoy fuera de la capital. No fui anoche porque he sufrido una avería que me impidió regresar ayer y cancelé la cita. El bar del atentado -explica- es muy frecuentado por expatriados...bueno, toda la calle está llena de esos sitios. Me ha sorprendido que fuese allí. Todos lo esperábamos, pero allí no. Justo debajo de este local se encuentran dos de los más frecuentados por extranjeros con mejor acceso y huida; no entiendo el por qué de este, quizás como aviso. A este local se accede por unas escaleras, es una primera planta totalmente abierta. Hay dos grupos de vigilantes en la puerta de dos locales distintos a los que supongo que neutralizarían".
"Todos los extranjeros que vivimos aquí -continúa- estamos avisados y sabemos de las células terroristas. Lo que sucedió anoche demuestra la falta de seguridad por parte de las fuerzas del orden malien y la poca preparación del comando. Si hubiesen estado bien subvencionados, adiestrados y organizados hubiese sido una carnicería. Ese local no abre hasta tarde -afirma- es un local de primera hora para cena y una copita, los jueves tiene mucha clientela con el tema de la salsa. A la hora en que ha sucedido estaba a tope".
"Mi problema es no dejarme decapitar delante de una cámara"
Aunque es consciente de que ha vuelto a nacer, M.B afirma no tener miedo. Sus palabras resultan escalofriantes en un Occidente que no puede entender la brutalidad del yihadismo. "Estoy tranquilo. Esto no es fácil y quienes vivimos aquí sabemos de los riesgos que corremos. La mayoría no tenemos miedo. Sabemos que cuando llegue, ha llegado. Mi único problema es no dejarme decapitar delante de una cámara para que lo vean mis hijos".
"Sé que soy un poco radical en mis ideas -añade- pero no me gusta que nadie piense que es mejor que nadie ni que me echen el pie encima. Son unos hijoputas sin cojones para nada. Los que pegan fuerte ahora son los Boko Haram, unos salvajes descerebrados. Utilizan la incultura de sus partidarios para hacerse con el poder. El gran problema del Islam es que la mayoría no ha leído el Corán".
En cuanto a los musulmanes moderados, el zamorano afirma que "no existe ningún tipo de problema en la convivencia. Son gente que respeta que tú pienses distinto y te aceptan como tal. Respeto siempre. Son muy hospitalarios y lo poco que tienen te lo ofrecen. La mayoría son más civilizados que muchos europeos".
Aún fuera de la ciudad -en la que filmar y hacer fotos está prohibido-, afirma que se nota mayor presencia de la gendarmería en la calle y más controles. "Pero aquí existe mucha corrupción y todo es posible con muy poco dinero".
Malestar con la Embajada de España
Desde la frontera de Burkina, M.B muestra su descontento con la Embajada de España y con la gestión del embajador, que cumple su primer destino. "Sé que la Embajada de España y el CNI no sabían nada. Pero un amigo de una multinacional de seguridad ayer me envió un mensaje con el texto: no salgas de casa hoy".
"La Embajada nos ha notificado a los residentes a las diez de la mañana el tema, que ocurrió a las doce de la noche, y porque alguien les ha avisado. Son siempre los últimos en enterarse. En el texto dice 'tras los atentados de la pasada noche en la capital se desaconsejan desplazamientos y lugares frecuentados por expatriados y se ruega extremar medidas de autoprotección'. A este mensaje añaden un segundo con un teléfono de emergencia para la colonia española para informar sobre eventuales españoles entre los heridos".
Como anécdota, M.B narra que no puede acceder a la Embajada de España porque han puesto una norma en la que prohíbe el paso a toda persona que no se aplique un producto higienizante. El zamorano, que sufre afecciones en la piel, explica que se trata de un producto fabricado en Costa de Marfil que no cumple la normativa europea y que por su problema concreto no puede aplicarse, por lo que se le deniega el acceso al edificio. "Le he propuesto alternativas porque necesito mis manos para trabajar -dice- y no ha habido respuesta. Con ese perfil, es lógico que esté descontento con su papel en la Embajada".