El “triángulo del frío” de Zamora congela el inicio de septiembre con las mínimas de España
Zamora vuelve a situarse en el mapa meteorológico nacional gracias a su peculiaridad climática: el llamado triángulo del frío —formado por Sanabria, La Carballeda y la Alta Sanabria— ha registrado en estos primeros días de septiembre las temperaturas mínimas más bajas de toda España, cuando aún quedan casi dos semanas para despedir oficialmente el verano.
En la madrugada de este viernes, la estación de Robleda-Cervantes (Sanabria) anotó apenas 3,2 ºC, colocándose como el valor más bajo de la red de AEMET junto a otros enclaves de montaña del norte peninsular. Muy cerca se quedó Santibáñez de Vidriales, con 5,1 ºC, reflejando que no solo las cumbres sanabresas, sino también la comarca de La Carballeda, sufren de lleno los rigores de estas noches frías que ya anticipan el otoño.
A su vez, los registros de estaciones de Noromet, asociación meteorológica del noroeste peninsular, confirmaban también los valores negativos en zonas de León y el entorno de Babia, situando a Santa Eulalia de Río Negro (Zamora) en -1,3 ºC y a Villanueva de Valrojo en 1,3 ºC, cifras que evidencian el carácter gélido de este rincón de la provincia.
Entre el calor diurno y el frío nocturno
El fenómeno no deja de llamar la atención por el contraste que genera: durante las horas centrales del día, los termómetros repuntan con máximas agradables que en muchas localidades superan los 25 ºC, pero al caer la noche el mercurio se desploma de manera brusca, regalando estampas más propias de octubre que de septiembre.
Los expertos explican esta singularidad por la orografía del terreno, la altitud de los valles y la facilidad para que se acumulen masas de aire frío en noches despejadas y de viento en calma. Son condiciones que convierten al “triángulo del frío” de Zamora en una de las áreas con mayor oscilación térmica de la Península Ibérica.
Zamora, un laboratorio climático
Estas mínimas tan destacadas han convertido a la provincia en un auténtico referente para meteorólogos y aficionados, que observan con interés cómo se repite año tras año este patrón. Sanabria y La Carballeda no solo son conocidas por sus paisajes naturales, sino también por su capacidad para marcar diferencias en el termómetro respecto al resto del país.
Con el calendario aún en verano, Zamora vuelve a recordar que su “frío precoz” no entiende de estaciones. Una carta de presentación climática que, si bien obliga a los vecinos a tener la manta cerca, refuerza el carácter único de esta tierra donde el verano convive con el otoño antes de tiempo.