La seguridad escolar no puede esperar: Arcenillas exige un paso de cebra en la CL-605
Una imagen impropia de un país que presume de seguridad vial, pero que aquí se traduce en desidia y olvido institucional.
El colegio, con cerca de una veintena de alumnos y una guardería recién estrenada, es un ejemplo de vida en la España rural. Sin embargo, esa apuesta por la educación y el futuro choca de frente con una carretera que convierte cada entrada y salida de clase en una ruleta rusa. Las familias lo tienen claro: “No podemos esperar a que ocurra una desgracia”.
La petición es tan sencilla como urgente: un paso de cebra frente al centro escolar. Y si la burocracia se demora, exigen al menos una medida provisional: la presencia de agentes de la Guardia Civil, cuyo cuartel está a escasos metros del colegio, para regular el tráfico en los horarios escolares. Hay un paso para todo el pueblo pero no es el lugar indicado y siempre da problemas ya que la carretera aún señalizada sigue siendo un paso de vehículos que no respetan el 50kmts/H como límite.
La paradoja es sangrante: ni la Junta de Castilla y León, responsable de esta vía autonómica, ni la DGT, ni ningún estamento han movido un dedo para garantizar lo que debería ser básico: la seguridad de los niños. La CL-605 sigue sin señalización adecuada y la protección escolar, sencillamente, brilla por su ausencia.
Arcenillas no pide grandes obras ni inversiones millonarias, solo una medida de sentido común. Y advierte: el silencio de las administraciones ya no vale. Porque si la seguridad vial es un derecho, aquí está siendo vulnerado cada día.