Lo que le costaría a cada zamorano cumplir con el objetivo del 5 % de la OTAN: más de 1.200 euros por cabeza
La respuesta es sencilla y contundente: unos 1.250 euros al año por habitante.
Esa cifra equivale exactamente al 5 % del PIB per cápita estimado en la provincia, que ronda los 25.000 euros anuales, según las últimas proyecciones económicas. Si se trasladara el compromiso internacional a la economía local, Zamora destinaría alrededor de 207 millones de euros anuales a gasto militar.
Y no es una cantidad simbólica. Ese importe sería equivalente al gasto sanitario total anual de la provincia, lo que plantea un dilema moral y económico evidente: invertir en armamento o en bienestar social.
El precio del 5 %: armas frente a sanidad
El compromiso del 5 % del PIB en defensa —reclamado con insistencia por Estados Unidos y la OTAN— implicaría una inyección de dinero público sin precedentes hacia la industria armamentística estadounidense.
En la práctica, la mayor parte de ese dinero se destinaría a la compra de armas, tecnología y sistemas de defensa de fabricación norteamericana, lo que contribuiría a sanear la economía de EE. UU. y a dar salida al estocaje de material militar acumulado tras años de conflictos.
Desde un punto de vista local, trasladar esa realidad a Zamora ofrece una perspectiva reveladora. Si los zamoranos “aportaran” proporcionalmente al PIB nacional, cada habitante estaría contribuyendo con más de mil euros anuales a ese esfuerzo militar.
Un dinero que, visto de otra manera, podría financiar una sanidad pública completa durante un año en toda la provincia, o cubrir las necesidades sociales más urgentes en los pueblos zamoranos.
Una economía basada en el esfuerzo local
El tejido económico de Zamora dista mucho de los grandes centros industriales o financieros del país.
Los sectores que sostienen la economía provincial siguen siendo los de base productiva y esfuerzo humano:
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Agroalimentario y primario: Zamora sigue siendo una potencia rural con más de un 11 % de su fuerza laboral dedicada al campo y una industria alimentaria que representa buena parte de la facturación provincial.
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Servicios: el comercio, la hostelería y la administración pública son los motores diarios de una provincia donde el sector terciario concentra más del 70 % del empleo.
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Construcción e industria ligera: mantienen un peso discreto, pero relevante en la dinamización de empleo local.
Si se compara este modelo económico con el esfuerzo que supondría cumplir con el objetivo militar de la OTAN, el contraste es aún mayor: cada euro que genera el campo, la hostelería o las pequeñas empresas zamoranas tendría que destinarse, en parte, a financiar el gasto armamentístico de potencias extranjeras.
El espejo nacional: PIB y prioridades
A nivel nacional, España destina actualmente en torno al 1,3 % del PIB a defensa, muy lejos del 2 % recomendado por la OTAN y aún más del 5 % que reclamó Donald Trump para los aliados europeos. Aunque Sánchez y el Gobierno dicen que cumplen con lo que la OTAN les ha pedido, claro está que los demás países que han firmado ese 5% tampoco van a llegar a él puesto que el acuerdo está firmado a largo plazo y se espera también que Trump ya no sea presidente de USA y así jugar con el espacio tiempo, un detalle que Sánchez podría haber utilizado también pero que hubiera puesto en jaque el acuerdo de gobierno con sus apoyos actuales.
Elevar el gasto hasta ese nivel supondría más de 70.000 millones de euros anuales, casi el doble de lo que el país dedica a sanidad pública.
Trasladado a Zamora, ese porcentaje dejaría sin margen presupuestario a sectores esenciales: la educación rural, la atención a la dependencia o las inversiones en infraestructuras.
En otras palabras, la factura del 5 % de la OTAN la pagarían los ciudadanos comunes, los mismos que sostienen con su trabajo los pilares económicos de la provincia.
Una reflexión desde Zamora
Zamora no fabrica tanques ni cazas, pero sí produce alimentos, energía, cultura y vida rural.
Su PIB —estimado en unos 4.100 millones de euros anuales— depende de sectores productivos que no entienden de estrategias militares, sino de esfuerzo, inversión local y supervivencia en un entorno demográfico complicado.
Por eso, hablar de dedicar el 5 % del PIB a defensa en clave zamorana no es solo una cuestión contable, sino una reflexión sobre prioridades:
¿En qué quiere invertir España —y por extensión Zamora— su riqueza? ¿En el bienestar de su gente o en el rearme global que beneficia a otros?
Si Zamora tuviera que aportar su parte al gasto militar global, cada ciudadano estaría poniendo más de 1.200 euros anuales para un objetivo que, en términos prácticos, fortalece la industria armamentística estadounidense mucho más que la economía local.
Mientras tanto, la provincia sigue sosteniendo su PIB con los sectores que siempre lo han hecho: el campo, los servicios y la industria alimentaria.
Un contraste tan evidente que invita a una pregunta sencilla:
¿debe el dinero de los zamoranos ir a comprar armas o a garantizar médicos, escuelas y futuro?....la respuesta está clara.