Nubarrones en el grupo socialista de la Diputación de Zamora que barrunta tormenta
La pandemia del coronavirus disimula, pero no oculta, hay tormenta y tambores de guerra entre los miembros del grupo socialista de la Diputación que de buena tinta llegan los nubarrones.
La crisis interna que lleva larvada meses en el grupo socialista en la Diputación Provincial y de la que se hace responsable, según distintas fuentes consultadas, al actual Portavoz y Secretario de Organización Provincial, y que se alzó con la portavocía por imposición de los órganos superiores del partido sin consulta previa y votación, como era tradición, llega a un punto el que sus compañeros del grupo muestran su descontento "por lo bajinis".
Son cada vez más los compañeros del grupo que muestran en corrillos su malestar por las formas de hacer política del portavoz con un deje de autoritarismo trasnochado que algunos se atreven a comprar con un cabo furriel cuartelero de aquellos tiempos en los que la mili era obligatoria.
Estos diputados quejicosos no se atreven a dar la cara por miedo a las represalias del portavoz, al que califican de conflictivo e imprevisible en sus reacciones, algo que es un claro ejemplo de inseguridad.
Cuentan que ni los reune antes de los plenos, ni comparte las decisiones a tomar. Algunos se enteran casi durante el Pleno, de lo que deben votar o decir. Susurran éstos diputados que la política socialista en la institución la ha reducido este portavoz a publicar notas de prensa desenfocadas y alejadas de la realidad social y económica de la provincia y con un grado de agresividad fuera de lugar y tiempo y que genera malestar en los alcaldes pues, según ellos, esta estrategia de frentismo injustificado torpedea y dificulta las relaciones institucionales que todos los alcaldes, sean del signo político que sean, deben tener con el equipo de gobierno de la institución provincial y su presidente.
El punto de inflexión de la actuación del portavoz, comentan los diputados preocupados, fue el Pleno en el que, por una decisión todavía no explicada, el portavoz ordenó sobre la marcha, abandonar el Pleno telemático cuando estaba concluyendo ( una espantada que dejó a todos sin habla y que mostró la falta de ética y de sentido de algo que en otro contexto y día podría haberse entendido, pero aquel no).
Estas decisiones comentan nuestros interlocutores, tan contundentes y extremas deberían reservarse para denunciar asuntos de mayor calado y cuando todas las vías de diálogo con el equipo de gobierno se hubieran roto. "Lo que no es el caso" apostillan.
Hacía años que no pasaba un hecho similar. A mayores, han tenido que aguantar las críticas del Presidente de la Instucion que les dijo aquello de que "abandonan el Pleno pero cobran la dieta", una verdad como un templo y que deja aún más con las posaderas al aire a un grupo en el que empieza haber nubarrones.
Esta pataleta del portavoz la achacan sus compañeros, a la falta de carisma y brillantez política del diputado pues, dicen, sus intervenciones son monocordes y átonas, limitándose a leer las notas que sus técnicos le han preparado el día anterior, notas que suenan a retórica y hacen recordar a tiempos de portavoces anodinos y "cansinos" como se dice ahora.
No frecuenta el edificio de la Encarnación ni se le ve por allí, apuntan las mismas fuentes. Algo insólito en un político que cobra de la Diputación más de 2.000 euros del ala mensuales, presuntamente para coordinar el trabajo de sus compañeros desde la propia institución provincial.
Finalmente, los diputados socialistas están en la misma situación que las Concejalas de Fuentesaúco a las que el Portavoz y Alcalde, separó de sus responsabilidades, según ha trascendido a los medios de comunicación, por discrepar de las maneras personalistas, autoritarias y carentes de transparencia, con las que ejerce la responsabilidad de Alcalde de Fuentesaúco.
Parece que en la Diputación la situación es igual y pintan bastos para los Diputados del PSOE, bastos o quizá nubes, o puede ser también que de una vez por todas las cosas salten en un PSOE que se mantiene descabezado y sin rumbo esperando la tormenta perfecta que ojalá llegue de una vez por todas.