Al campo lo que es del campo, al césar lo que es del césar, pero lo cortés no quita lo cerdo

restos_tn
Los agricultores y ganaderos protestan de forma masiva estos días y colapsan ciudades, carreteras, salidas, y entradas. Las esperas de los vehículos y autobuses además de camiones se alargan, horas y horas, son los piquetes "informativos" los que colapsan una actividad, que no está reñida con la libertad de cada uno. El derecho a la huelga existe pero no el derecho a hacer lo que a uno le viene en gana.

Las márgenes de las carreteras donde ha habido piquetes estos días se encuentran repletas de residuos que dejan también claro que, en la libertad de manifestación, también está la obligación de la limpieza y cuidar de lo que es de todos, y todos pagamos. Restos de latas de cervezas o coca colas, además de Pizzas que los pizzeros tuvieron que ir a llevar a los lugares solicitados, han sido junto con palos y ladrillos los restos que hoy afean y dicen mucho de quien allí estuvo. 

A la prensa se la tacha de "vendida" y de falta de objetividad, pues bien, saber que las reivindicaciones son justas del lado que nos toca, lo sabemos, pero también tenemos claro que no en todos los casos se lucha con la misma arma. 

La libertad de uno finaliza y comienza donde la del otro tiene su límite, y claro está que en esta semana se han roto límites injustificables por mucha razón que tengan agricultores y ganaderos.  

Las formas de protestar y de dar las gracias, no son las que todos entendemos como "justas" "normales" o "cargadas de sentido común". Que en Francia nos vacíen y vuelquen los camiones, que el parlamento europeo hable de la agenda 2030 y guste o no, lleva a un sistema democrático a utilizar la democracia para que todos tengan lo que solicitan. 

restos basura autovía_tn

Las formas no son las lógicas, y las medidas de presión, con cortes como los que se sufren estos días, no llevan más allá de un "rebote" general en el que el agricultor y el ganadero al final, sale perdiendo. Y es así puesto que las decisiones tomadas en Valladolid, en Madrid o en Bruselas están rompiendo la hegemonía en el campo español, y creando un malestar social importante.

Con los cortes, se encuentran verdaderos agricultores y ganaderos cargados de razón, pero que pierden las formas al no tomar el sentido común que les respalda en sus protestas, y no ponerlo de manifiesto con según qué casos, dígase, problemas de padres al ir a buscar a sus hijos a los colegios, problemas para ir a supermercados para comprar los productos que recolectan los mismos agricultores y el largo etcétera imaginable en el que aparecen transportistas, personas que van al hospital o ancianos que vuelven o van a sus centros de día.

Lo de dejar las cunetas como estercoleros no le beneficia a nadie, puesto que viendo como las han dejado, mucho dice del que lo ensucia. Porque no es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia, y si jugamos con esta frase, podríamos tener claro quien acabará teniendo razón en una protesta que puede volverse en contra de los que la ejecutan y no utilizan el "sentido común". 

Si la agenda 2030, o las decisiones de plantar o no uno, u otro producto, está supeditado a subvenciones muchas veces que el empresario de ciudad o el autónomo de turno no ha visto ni por asomo en su vida, ahora la red volverá a juzgar y serán miles de comentarios a favor y otros miles en contra, pero la solución sigue en Madrid o en Bruselas no hay más que decir.

Al campo lo que es del campo, y a los que viven de sus empresas sean autónomos o no, libertad para dejar que la vida transcurra normalmente. A protestar más cerca de quien decide, y a ver resultados en las urnas, que al fin y al cabo son las soberanas en este país, caigan el 1 de enero el 25 de diciembre o el 8 de marzo.

España tendría porque saber mucho de esto, quizá por experiencia o por haber sido un ejemplo en muchas lides que parecen ahora olvidadas.