Aliste en la UCI, Samir de los Caños se resiste a consolidar la crónica de una muerte anunciada

samir de los caños
Pueblos como Samir de los Caños resisten en verano gracias a sus visitantes y repobladores de temporada que miran con miedo el que el año que viene no puedan ni repetir ni disfrutar de la tranquilidad de su pueblo con la seguridad de al menos tener un médico al que acudir

Desde el punto de vista del visitante, mal siguen las cosas, pero los pobladores y vecinos siguen dando el callo y haciendo visible lo invisible para la administración que mantiene que cuanto menos gasto en lo rural más fácil será mantener una Comunidad Autónoma que parece olvidar, que la despoblación es lo primero pero unido a la sanidad.

La falta de servicios esenciales y previstos en la Constitución y que tratan de una Sanidad igual para todos los españoles, se cae de madura en Aliste, en Sayago, en Sanabria y en la provincia de Zamora en definitiva. Mucho proyecto pero ninguna ejecución final y el tiempo no pasa en las administraciones para solucionar temas sangrantes como la falta de médicos, y sobre todo la falta de asistencia a los que resisten en los pueblos como verdaderos Viriatos ya sean de Aliste, con el Plan más ambicioso y piloto de la Consejería de Sanidad, o sea en Sayago con todos los ayuntamientos de la zona también revueltos y sin soluciones. El sangrante problema sigue sin médico, sin enfermera y en definitiva dejando morir situaciones como la que sufre Samir o Monumenta, Fermoselle o Bermillo, Alcañices o toda la comarca de Sanabria.

La Coordinadora Rural, la de la Sanidad Digna, las asociaciones vecinales y sobre todo los particulares que sufren los avatares del sistema sanitario, se niegan a condenar al ostracismo a sus pueblos y ver como languidecen las memorias de sus vecinos avocados al olvido. Ayer a las 20:00 horas, los jóvenes de la localidad de Samir de los Caños dejaron sus momentos de diversión para tomar las pancartas y luchar por lo serio, por la sanidad para sus abuelos que son los que sufren lo que ellos dejan cuando vuelven a sus rutinas.

Vecinos y visitantes volvieron a clamar por una sanidad rural diga y sobre todo por la dignidad de sus habitantes que ni son de segunda ni de tercera clase o categoría.