Un test en casa puede salvar tu vida, así se detecta el cáncer de colon antes de que dé síntomas
El cáncer de colon sigue siendo una de las enfermedades más comunes y letales del país. Según estimaciones de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), en 2025 se diagnosticarán más de 44.500 nuevos casos de cáncer colorrectal en España, lo que lo convierte en el tipo de tumor más frecuente en la Comunidad de Madrid y el tercero más diagnosticado a nivel mundial. A pesar de estas cifras, la mortalidad continúa bajando gracias a los programas de cribado preventivo, siendo el más eficaz el test de sangre oculta en heces.
Esta sencilla prueba, que puede realizarse en casa y entregarse en el centro de salud, permite detectar pequeñas cantidades de sangre no visibles a simple vista. Si el resultado es positivo, se realiza una colonoscopia para confirmar o descartar la presencia de tumores o pólipos. Su valor es incalculable: si el cáncer se detecta antes de que haya síntomas, las probabilidades de curación alcanzan el 90 %.
El mayor reto es precisamente ese: en sus primeras etapas, el cáncer de colon no causa molestias claras o bien sus síntomas se confunden con trastornos digestivos menores. Por eso, los expertos insisten en que realizar el test cada dos años entre los 50 y 69 años, tal y como recomiendan las autoridades sanitarias, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Esta franja de edad concentra más del 40 % de los nuevos casos.
Además de su valor diagnóstico, la prueba permite intervenir antes de que el cáncer se desarrolle, detectando pólipos benignos que pueden eliminarse en el mismo proceso de colonoscopia. En casos con antecedentes familiares, el seguimiento puede comenzar antes y con mayor frecuencia, lo que mejora aún más las posibilidades de detección precoz.
A nivel internacional, la tendencia más alarmante es el crecimiento del cáncer colorrectal entre personas menores de 50 años. Así lo indica un análisis reciente basado en datos de la OMS en más de 50 países. Este fenómeno, descrito como "global", se atribuye a cambios en los estilos de vida: dietas pobres en fibra y ricas en carne procesada, azúcares y ultraprocesados, sedentarismo y exceso de peso.
Desde 2019, se ha confirmado un aumento de casos en al menos 19 países desarrollados. Sin embargo, España es una excepción, ya que no se ha detectado por ahora ese crecimiento entre la población joven.
Los investigadores apuntan a que este tipo de cáncer puede ser más difícil de prevenir que otros como el de pulmón, dado que sus factores de riesgo están más arraigados en los hábitos alimenticios y el estilo de vida moderno.