La OCDE avisa del impacto de la COVID-19 en las pensiones futuras
Las consecuencias económicas de la pandemia pasarán factura a las pensiones a medio y largo plazo a nivel mundial. El impacto de la crisis en los sistemas financieros y en el mercado laboral se traduce ya, según el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en un incremento de la presión sobre la financiación de las pensiones, un sistema sometido, antes de la epidemia, a desafíos mayores: el envejecimiento demográfico, un reducido crecimiento económico y salarial, así como bajos rendimientos de los activos tradicionales.
"La covid-19 ha provocado una fuerte perturbación de los mercados laborales, con efectos en cascada en los ahorros para la jubilación y en las pensiones", explica la OCDE en su estudio publicado este lunes y que recoge El Periódico.
La crisis sanitaria y sus secuelas económicas no harán más que prolongar y agravar los desafíos que planean sobre la financiación de las pensiones. Desde el desequilibrio entre el número de pensionistas y las futuras generaciones de trabajadores, cuya entrada al mercado laboral es cada vez más tardía e inestable; pasando por la dificultad de ahorrar en un contexto marcado por una fuerte tasa de desempleo y por salarios cada vez más precarios; sin olvidar la nueva deuda acumulada por los Estados para tratar de mantener a flote el sistema empresarial y el empleo a través, por ejemplo, de los ERTE.
La mortalidad generada por el coronavirus, cuya virulencia aumenta entre las personas de la tercera edad, reducirá "el gasto en las pensiones actuales y futuras solo ligeramente", estima la OCDE. En 24 países europeos donde se ha hecho una contabilidad conjunta del "exceso" de mortalidad por la epidemia en los nueve primeros meses del año, se ha calculado que el incremento ha sido del 6%.