Homenaje a las madres: gracias mamá por regalarme la vida

Mano madre e hijo
A las que están, a las que no. A las que nos protegen desde el cielo y harán lo imposible para que sigamos caminando. A las que están en la distancia cuidando tus pasos. A las que están a nuestro lado. A las madres que hacen de padre. A las madres. A todas. Felicidades.

Hace años que conocí al amor de mi vida. A primera vista, nuestros ojos se cruzaron y me di cuenta. Daría la vida por mí porque fue ella la que me gestó durante nueve meses; tuvo dos corazones, dentro de ella formé mis órganos y fui creciendo. La habité, me alimenté y cambié su cuerpo. Las estrías inundaron su piel para que yo pudiera desarrollarme. Después pude conocerla. A la persona que me trajo al mundo, que me dio la vida, que daría la vida por mí.

La persona que quiere que seamos la mejor versión de nosotros mismos. La que cambió su vida para comenzar a mirar a través de otros ojos. Para mirar solamente por el bien ajeno. La que cobijó, albergó, cuidó y cambió sus hábitos para dar vida. Para crearla y para protegerla hasta el último día.

Mamá, me has enseñado tantas cosas… aprendí a caminar de tu mano, a correr, a montar en bicicleta, a descubrir lo que era la vida cuando te haces adulto. Con tu atención y cariño me indicaste la diferencia entre el bien y el mal, me recogiste después de cada tropiezo. Me secaste las lágrimas. Me curaste las heridas. Me enseñaste a ser mejor persona. Me empujaste para llegar lejos. Para no quedarme estancada. Para seguir recorriendo el camino de la vida.

Siempre estarán tus manos para sujetarme. Para que el tren no descarrile. Para continuar subiendo a la cima.

Hoy es el día de la madre, aunque a las madres hay que celebrarlas todos los días. A las que están, a las que no. A las que nos protegen desde el cielo y harán lo imposible para que sigamos caminando. A las que están en la distancia cuidando tus pasos. A las que están a nuestro lado. A las madres que hacen de padre. A las madres. A todas. Felicidades.