Consejos para adaptarse al cambio de hora al horario de invierno
Este fin de semana, los relojes se han atrasado una hora para dar inicio al horario de invierno, un cambio que puede afectar el sueño, la energía y el ritmo diario de muchas personas. Aunque el ajuste solo dura unos minutos, su impacto en el cuerpo puede sentirse durante varios días.
Expertos en sueño y salud recomiendan varias estrategias para adaptarse sin problemas:
Ajustar los horarios gradualmente: acostarse y levantarse unos 15-20 minutos antes cada día los días previos al cambio puede facilitar la transición.
Exponerse a la luz natural: la luz del sol ayuda a regular el reloj biológico. Pasar tiempo al aire libre por la mañana puede contrarrestar la sensación de somnolencia.
Mantener rutinas de sueño consistentes: evitar trasnochar y mantener horarios regulares para dormir y comer ayuda al cuerpo a adaptarse.
Limitar el uso de pantallas antes de dormir: la luz azul de móviles, tablets y televisores puede dificultar conciliar el sueño.
Cuidar la alimentación y la actividad física: cenas ligeras y ejercicio moderado durante el día favorecen un descanso reparador.
Aunque algunas personas pueden sentir cansancio, irritabilidad o somnolencia durante los primeros días, estos síntomas suelen desaparecer al cabo de una semana. Adoptar hábitos saludables y ser paciente con el cuerpo es clave para ajustarse al nuevo horario de forma natural.
El horario de invierno no solo afecta al sueño, sino también a la percepción de luz durante el día. Ajustar nuestras rutinas y mantener un estilo de vida equilibrado puede hacer que la transición sea más llevadera y mejorar el bienestar general durante los meses más cortos y oscuros del año.