COAG y UATAE piden al Gobierno la jubilación anticipada para agricultores por el alto riesgo laboral

Más de 200 agricultores sacan sus tractores para protestar por las calles de Zamora_30

El sector agrario fue en 2023 la actividad profesional con mayor índice de mortalidad laboral en España (8,23 fallecidos por cada 100.000 trabajadores), una cifra que se triplica a partir de los 55 años

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), han solicitado hoy formalmente al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones el inicio del procedimiento para permitir la jubilación anticipada de los agricultores y ganaderos autónomos por la alta siniestralidad y el carácter penoso de la actividad, tal y como contempla el nuevo Real Decreto 402/2025, de 27 de mayo.

“No es una cuestión de privilegios, sino de justicia social. El campo envejece jugándose la vida. La elevada siniestralidad, las enfermedades profesionales, y las durísimas condiciones laborales hacen insostenible alargar la vida laboral de nuestros hombres y mujeres del campo hasta los 67 años. Pedimos que un agricultor que sea vea obligado a prejubilarse lo pueda hacer manteniendo el 100% de los derechos y prestaciones como si dejara la actividad a la edad legal establecida”, ha afirmado Miguel Padilla, Secretario General de COAG, tras registrar en sede ministerial el informe con los argumentos técnicos, jurídicos y sociales que respaldan esta demanda.

Por su parte, la Secretaria General de UATAE, María José Landaburu, ha recordado que En el Estatuto del Trabajo Autónomo se recogió un compromiso claro: que los derechos sociales de los trabajadores y trabajadoras autónomas convergerían con los del régimen general. “Hoy damos un paso más en esa dirección. Con la entrada en vigor del nuevo Real Decreto, hemos solicitado formalmente que se reconozca el carácter penoso, peligroso e insalubre de determinadas actividades del campo, como la agricultura, la ganadería y la apicultura, que sufren una alta morbilidad y mortalidad laboral. Este es sólo el comienzo”, ha subrayado.

COAG ha documentado de forma rigurosa las condiciones de riesgo que justifican esta petición: exposición constante a productos químicos, uso de maquinaria pesada, sobreesfuerzos físicos, exposición al aire libre en condiciones extremas y contacto con animales de gran porte. Los datos son más que elocuentes:

Sólo en 2023, el sector agrario registró el mayor índice de incidencia de accidentes de trabajo mortales en España, con 8,23 fallecimientos por cada 100.000 trabajadores, muy por encima de la media nacional. 

El riesgo se agrava notablemente con la edad: el índice de mortalidad laboral casi se triplica a partir de los 55 años, situándose en más de 20 muertes por cada 100.000 trabajadores en ese tramo de edad, según el Informe Anual de Accidentes de Trabajo del Ministerio de Trabajo y Economía Social.

“Estamos hablando de personas que durante décadas manejan tractores de 35 toneladas, trabajan aisladas en entornos remotos y sufren una alta incidencia de infartos, amputaciones y enfermedades musculoesqueléticas. ¿Realmente alguien piensa que es razonable exigirles aguantar hasta los 67 años?”, denuncia Javier Fatás, responsable de Seguridad Social Agraria de la Comisión Ejecutiva de COAG.

COAG y UATAE subrayan además la especial vulnerabilidad de las mujeres en el medio rural, que enfrentan una doble carga física y mental, muchas veces con un nivel elevado de medicación en los últimos años de vida laboral, mientras siguen desarrollando tareas de alto riesgo.

“El campo no puede seguir pagando con vidas y salud la falta de sensibilidad de la administración. Es hora de que el Gobierno actúe y aplique los coeficientes reductores que la ley ya prevé. La agricultura y la ganadería profesional merecen el mismo trato que otros sectores penosos reconocidos, caso de la minería o bomberos”, concluye el secretario general de COAG.

Ambas organizaciones esperan que el Gobierno no demore este proceso, y que se reconozca, con base en criterios técnicos y jurídicos, el derecho de agricultores y ganaderos autónomos a una jubilación anticipada digna.