Se cumplen 80 años del fusilamiento de las jóvenes 13 rosas, para unos mártires, para otros terroristas
Las 13 rosas, nombre con el que se conoce a 13 jóvenes fusiladas el 5 de agosto de 1939 tras ser condenadas por un tribunal en un consejo de guerra, aún 80 años después son una clara muestra de la "corrección política" impuesta desde la izquierda para algunos, y el crimen de un régimen instarurado por la fuerza del General Franco para otros.
La misma placa que colocó el Ayuntamiento de Madrid en 1988 en el lugar en el que fueron fusiladas se puede leer que "dieron su vida por la libertad y la democracia". Pertenecían, en su mayor parte, a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) la rama juvenil del comunismo en España que aspiraba a implantar en el país un régimen libre y demócrata.
Según el Diario la Gaceta: "Las JSU, a las que pertenecían la mayoría de las 13 rosas, habían tenido una destacada participación en la represión republicana en Madrid durante la Guerra Civil. No en vano, esta organización política controlaba y dirigía directamente cinco checas donde se torturó y asesinó a cientos de personas. Está perfectamente documentado en los papeles del PCE que bajo control de su organización juvenil se encontraban las checas de Mendizabal 24, la de la calle Rimundo Lulio, la de Santa Isabel 46, la del Convento de las Pastoras de Chamartín y la de la calle Granda 4. Además, participaron en la acción represiva de varias otras cárceles de partidos políticos y tuvieron un papel destacado en las sacas cometidas para asesinar a miles de presos sin mediar juicio alguno. Quienes las presentan como garantes de la democracia suelen olvidar, entre otros, este detalle: a ellas se les juzgó, pero ellas participaron en una organización que asesinó sin juicio a miles de personas y que, en el momento de ser detenidas, se había convertido en un grupo terrorista dirigido por José Pena, Severino Rodríguez y Federico Bascuñana".
Las 13 rosas fueron condenadas a muerte, pero no estaba prevista su ejecución hasta que el 29 de julio de 1939 un comando de las JSU asesinó al comandante Isaac Gabaldón, a su hija Pilar de 16 años –hubiera cumplido 17 unos días después- y al chófer que conducía el vehículo, Luis Díaz Madrigal. La acción terrorista decidió a la autoridad judicial del régimen a la ejecución de las sentencias de muerte que se encontraban paralizadas. Entre las casi 70 sentencias se encontraban las de las 13 rosas. También murieron aquel 5 de agosto otros 39 miembros de la JSU que fueon juzgados en aquel Consejo de Guerra funesto.
Las versiones tras 80 años se han seguido sucediendo lo que está claro es que una guerra entre hermanos y las muertes por ideología acaban siendo absurdas en un mundo en el que el diálogo y la negociación sigue siendo la panacea y la utopia en el ser humano, solo el mismo ser humano es el que puede llegar a cambiarlo con el sentido común y con la tolerancia.