Preparando la llegada del frío ¿Qué termo eléctrico comprar?
Cuando tenemos que comprar un termo de agua eléctrico para el hogar, muchas veces creemos que la única elección posible es entre los termos de agua eléctricos de 80 litros y los termos de agua eléctricos de 100 litros. Sin embargo, pronto notarás que hay muchas otras cuestiones que deben ser tenidas en cuenta, y en las cuales vamos a centrarnos a continuación, ya que pueden serte de ayuda.
En efecto, aunque los termos eléctricos no son capaces de ofrecer agua caliente de forma ilimitada, como los calentadores de gas, existen infinidad de modelos realmente útiles, que pueden solucionar los problemas de diferentes tipos de inmuebles, desde pequeñas oficinas hasta segundas residencias.
De hecho, su principal ventaja es que no hace falta que contemos con una instalación de gas emparejada al sistema para poder disponer de agua caliente. Tan sólo basta que el agua acumulada de pie a la resistencia para que se caliente, y luego permanece allí hasta que el usuario la utiliza.
Dicho esto, evidentemente lo primero que vamos a tener que pensar es que capacidad de agua vamos a requerir en el uso diario. Tienes que tener en cuenta que los termos incluyen un depósito, que se denomina calderín o cuba, dentro del cual se calienta y se acumula el agua. Los hay desde poco más de 10 litros, hasta cientos de litros. Pero las medidas más habituales suelen orillar los 40, 60 u 80 litros, por poner ejemplos comunes. Siempre, en relación a la demanda del usuario.
Una buena lógica para pensar en la capacidad que requiere tu termo, es hacer la siguiente cuenta: una persona duchándose suele consumir unos 30 litros de agua, como promedio. Fregar los platos produce la pérdida de otros 5 litros por ocupante de la vivienda, al igual que el uso del lavabo.
Cuando ya hayas sacado esa cuenta, y tengas muy en claro qué tamaño de termo eléctrico te hace falta, lo siguiente será escoger un tipo de resistencia en particular, lo cual se emparenta directamente con la dureza del agua que, a su vez, se mide por la cantidad de sal que ésta contiene. Para ser preciso, debes averiguar acerca de las condiciones del suministro en la zona que habitas.
En líneas generales, tenemos resistencias eléctricas blindadas sumergidas o cerámicas envainadas. Las primeras van incluidas dentro del termo, transmitiendo directamente y calentando más rápido, aunque un agua muy salada puede destruirlas demasiado rápido. Las segundas se demoran un poco más, al no estar en contacto con el agua, pero son más fáciles de sustituir y más duraderas.
Y, ya con esta información a disposición, lo último será saber en qué lugar de la casa vas a instalar tu termo eléctrico, si es de instalación horizontal o vertical, o ambas, y el espacio que debes dejar respecto de los muros, para que funcione correctamente.
Si te has tomado la molestia de revisar todos estos factores, puedes estar seguro de que el termo de agua eléctrico que hayas seleccionado para tu vivienda será, exactamente, el que te hacía falta.