La ruta de las Cascadas de las Pilas en Zamora, un acicate anticonfinamiento, una escapada senderista a media hora de la capital
La ruta de las Cascadas de las Pilas en Zamora y más concretamente en el término municipal de Almaraz de Duero es otro de los rincones y parajes de la provincia que no conocen muchos pero que en estos tiempos de pandemia son un verdadero respiro para tener un contacto directo y seguro además de tranquilo con la naturaleza. Es fácil estar solo en la escapada, por tanto la mascarilla puede tener un segundo plano o puede hasta olvidarse en el bolsillo.
Un paseo de pocos kilómetros con ninguna dificultad salvo la bajada y subida al río por un paraje donde las vistas son espectaculares forman parte de una ruta senderista desde el pueblo que se completa en un par de horas o bien algo más corto si nos acercamos por los caminos de concentración señalizados con el vehículo. Muy fácil bien señalizado y con vistas del Duero encañonado que relajan tras tantas tensiones y tantos momentos de enclaustramiento forzado hogareño.
Una opción en tiempos de pandemia que deja momentos de escucha activa de caída de agua en un paraje perfecto también para divisar cormoranes, garzas o cigüeñas a simple vista y relativamente cercanas.
Las Pilas, así denominadas en la zona es una pequeña concatenación de pozas y cascadillas que van a dar a las mismas orillas del Duero. Un bello rincón de la provincia que apenas conocen los zamoranos y que lleva a estos Arribes incipientes que tanta belleza tienen solo con asomarse pero que se ven agrandados en su esplendor con unas pequeñas ruinas y cuevas que fueron antiguas explotaciones mineras que buscaron a finales del siglo XIX y principios del XX, sacarle rentabilidad a la extracción de estaño. Una práctica ya conocida por los romanos y que llevaron a cabo unos 2.000 años antes.
El paseo es tranquilo, las vistas espectaculares, eso si importante llevar calzado adecuado puesto que en tiempo lluvioso el resbalón es posible y poder evacuar a una persona con un esguince en la zona es complicado.
Pero no todo queda en la vista desde este magnífico mirador, las Pilas son una sucesión de cascadas que se remansan en pozas de aguas cristalinas y verdes que pueden verse en momentos y tiempo sin lluvias con un marcado carácter tranquilo, para poder ver la siguiente poza hay que continuar paralelos al río hasta localizar la cuerda amarrada a la pared que ayuda a la vez de unos escalones metálicos clavados en la pared al ascenso. Tras esa parte y el último escalón hay que volverse hacia la parte izquierda y hacia arriba para ver los siguientes chorros. Al lado un pequeño túnel de unos 70 metros que en tiempos de lluvia queda anegado y que conforma la parte superior de las cascadas.
En verano puede ser fácil de atravesar, no en estos momentos de lluvias y deshielos, pero merece la pena conocer la zona en este tiempo por la espectacularidad de la cascada de unos 15 metros de altura. El rumor de la cascada es lo único que corta el silencio de una zona de los Arribes muy próxima a la capital y que puede descubrirse en poco más de dos horas, un aliciente para sin mascarilla y en contacto con la naturaleza disfrutar de lo nuestro.