La mayoría de edad del atípico Festival de Fados 2020 en Zamora, finalizó con calificación de sobresaliente

Queridos fados, y queridos vecinos portugueses, el baluarte de este género musical en nuestra provincia está asegurado, al menos gracias a un hombre que ha buscado la forma y manera de que este año aún con COVID-19 de por medio el éxito y la continuidad hayan sido la nota dominante en este atípico 2020.

Noches de verano y mediados de julio son siempre sinónimo de fado y de Fundación Rei Alfonso Enriquez, un paraje incomparable que desde el Convento de San Francisco da a la ciudad un giro hacia el Duero y un espacio de cooperación que desdeñamos muchas veces pero que es clave para el devenir de la historia de ambos países y comarcas, Portugal y España, Tras Os Montes y Castilla y León, o Braganza y Zamora.

El salvador de toda esta historia este año ha sido Jose Luis González de Prada un hombre serio en el trato pero profesional y políglota distinguido además de un gran entendido en los fados que tantos éxitos han dado a este festival que cumple nada menos que 18 años salvando dificultades de financión y logística.

Este año mucho más complicado por la dichosa pandemia y por las diferentes medidas de seguridad y distanciamiento que han cortado el aforo a 200 personas. Toma de temperatura al llegar, gel hidroalcoholico y separación de metro y medio entre los espectadores, los verdaderos protagonistas de estas noches de fado según de Prada.

La noche de fin de fiesta tenía a un erudito de la música del fado como protagonista, las guitarras, bajos y violas envolvían las voces de los fadistas Ana María Alves y Miguel Capucho que actuaron junto al trío que lidera el que es guitarrista de renombre internacional y que junto a la reina del fado, Amália Rodrigues dieron tantas noches de Alfama, barrio Alto o Chiado.

Noches que al menos en este 2020 y en la FRAH de la mano de Jose Luis González de Prada han vuelto a marcar el verano en julio, con sus fados y sus noches de nostalgia y hermanamiento con los vecinos del otro lado del Duero que no de la frontera aunque haya sido en estos meses otra vez utilizada. Lo único que no necesita medidas especiales para esta pandemia es la música, escuchar es el placer.