Ellos también sufren en primera línea el covid-19. El gremio mortuorio, grandes olvidados de la pandemia

No solo en primera línea están los sanitarios, también están ellos, los encargados de llevarse a los seres queridos en otro estado, el que nunca queremos que suceda, ellos recogen a los nuestros de las morgues y los hospitales, pero ellos también son padres y madres, empleados y dueños, personas con sentimientos que muchas veces levan a los suyos a las iglesias y a los cementerios, también a los crematorios. El sector está pasando de nuevo por un momento complicado y su tensión se advierte que irá para largo. Más de 50.000 fallecidos en España más de 300 en la provincia de Zamora por COVID-19 rompen esquemas.

Tras días tristes y duros para la hostelería de cierre y en muchos casos muerte de sus negocios, también ponemos de manifiesto el trabajo de un gremio que no lo está pasando desde el inicio de la pandemia nada bien, y que siente un especial dolor en estos momentos de repunte de los decesos.

La tristeza y el arrojo de una profesión como esta, debe tener un componente de fuerza especial en el colectivo, ya que cualquiera no es capaz de realizar este tipo de trabajo. No todo el mundo puede con a parte de su componente psicológico y disponibilidad con la carga que supone en estos momentos de mucha más presión en los decesos, los profesionales vuelven a las cargas emocionales y al sobre esfuerzo, momentos duros que no dan tregua desde hace casi 9 meses. 

Con el factor atenuado de un COVID-19 de nuevo desbocado sobre todo entre los más ancianos, este momento en el que no hay tregua de nuevo, deja tocados a los que han sido y son fuertes en esta profesión, que también confiesan su preocupación y ansiedad. Más de 300 muertes en Zamora y provincia por COVID-19 en lo que llevamos de pandemia es un factor atenuante y ante tanta desgracia también el sector queda tocado y necesitan de apoyo psicológico en el acompañamiento de los duelos que a diario soportan.

Un amigo que posee una funeraria en la comarca sanabresa, visiblemente emocionado, comentaba con este diario su particular experiencia, pero como el cuenta: " no soy una excepción, hace un par de semanas que no puedo ver a mi hija y a mi mujer, los test y los análisis así como las PCR no son desconocidas en este gremio pero el problema está en que no podemos descuidar nada en absoluto, la responsabilidad es tanta que la carga nos asfixia muchas veces y tenemos que hacer controles mentales para poder superarlo". Este es el gremio que al igual que los sanitarios mantienen un contacto más que directo con la enfermedad y son testigos de innumerables situaciones de dolor y que llevan en muchos casos a ser parte activa en el consejo y en la ayuda a los familiares de los difuntos que cuentan con el factor añadido de la falta del contacto y la despedida en casi todos los casos.

Eduardo nos comente que en momentos complicados de las aglomeraciones de fallecidos en Madrid por ejemplo, se pidió ayuda a las funerarias de las provincias para desahogar la capital de España de ataúdes y de féretros, los crematorios no daban abasto y fueron varias las de la provincia las que en alguna ocasión tuvieron que ayudar en una situación crítica como en el Palacio de Hielo de Madrid, una morgue en la que el silencio era sobrecogedor nos cuentan, "quien entró allí no olvidará jamás la sensación".

Ellos sufren también por sus semejantes y aunque hay que hacer verdaderos esfuerzos para no venirse abajo, el tener claro que esto es lo más natural de la vida, aún sigue siendo más complicado con un estado tan especial como el que se vive en estos momentos. 

"El papel que desempeñan los profesionales de las funerarias y de los cementerios durante la pandemia de COVID-19 es fundamental. Aunque en muchos casos su trabajo puede pasarse por alto, están realmente en primera línea para dar sepultura a las víctimas de pandemias y acompañar a las familias en duelo", apostilla este empresario que ve que la población de su zona merma de manera alarmante y que ha tenido que enterrar a decenas de padres, madres, y familiares de amigos muy cercanos. "Sanabria se nos muere y a parte de la falta de oportunidades, nuestra población se está muriendo mucho más rápido que lo que naturalmente debería ser, este es otro grave problema de la comarca. La gente no está teniendo conciencia de protección y solo si le toca a un familiar directo parece que se toman otras medidas, aún así nos falta mucho que aprender de todo lo que está sucediendo, solo la muerte hace que espabilen muchos, una lección demasido dura" comenta Eduardo.