El post COVID-19 y la crisis de meses atrás desde el punto de vista de David Álvarez, Coordinador de equipos en el HVC
David Álvarez es el enfermero supervisor en Hospitalización de origen gallego y Coordinador del Servicio de Cardiología en el HVC, y de los que aún con la fama de su origen, si se sabe que sube, y por supuesto que baja.
Durante esta pandemia han surgido cientos de héroes en cientos de lugares, pero quizá no hay que buscarlos en otros ámbitos, ni en otras provincias, conviven con nosotros y son ya zamoranos adoptados, aunque sus orígenes en este caso sean de la cercana Galicia. Hablamos de y con David Álvarez coordinador del área de Cardiología del Hospital Virgen de la Concha y enfermero supervisor en hospitalización.
Durante esta temporada atrás, (meses de marzo, abril y mayo)David, un hombre cercano y gran profesional ha velado tanto por los pacientes, como por sus compañeros y compañeras, a las que ha instruido en una disciplina que ha salvado vidas, todo ello desde la organización y el protocolo además de unas grandes dotes de paciencia y profesionalidad.
Este enfermero de profesión y de gran vocación ( "porque sino esto no es posible realizarlo") ha coordinado las aperturas de las zonas habilitadas en esta pandemia para enfermos con COVID-19 que surgían con las necesidades de asistencia y crecimiento de los casos en Zamora, concretamente en el centro de referencia donde se han asentado la mayoría de los casos de la provincia, exceptuando las Residencias de Mayores.
En la tercera planta, en la cuarta, en la quinta o en la sexta del Virgen de la Concha un hombre junto con el equipo de gestión que ha actuado en el HVC, han conseguido la coordinación definitiva de un enemigo común invisible, llamado COVID-19, equipos dedicados en exclusiva para salvar vidas y que son el ejemplo a seguir en cualquier crisis.
David tímido y discreto, conocido por todos y un gran profesional en silencio, tomaba las riendas sin importarle horarios ni esfuerzo. Posiblemente uno de los mejores profesionales con los que cuenta el HVC y que ahora ya se encuentra en su zona habitual de trabajo en el servicio de Cardiología del Hospital.
2020 será un año especial para muchas familias y sanitarios que han sufrido y sufren los efectos de este mal que destroza hogares, cuerpos y sistema establecidos, sistemas y protocolos de trabajo complicados que David se encargó de establecer con personal de enfermería y auxiliares, y que en muchos casos se estrenaban en el Clínico.
"Hemos tenido momentos duros con muchas veces nervios, por falta de equipos de protección o suministros, que fueron muy necesarios, y que en muchos casos estuvimos al límite, pero siempre aparecía algo o alguien que nos volvía a colocar en la senda de la esperanza" comentaba Álvarez.
Las jornadas maratonianas, los turnos de 12 horas y el miedo de muchos profesionales a contraer la enfermedad, ponían de manifiesto que estos meses el centro de atención era el ámbito sanitario y ese edificio que saluda a la entrada de la capital y que todos conocen como "El Clínico".
Los TES, equipos COVID-19 en primera línea, acercaban en ambulancia a los enfermos que entraban por el apartado especial acondicionado en urgencias y de ahí a la zona o planta asignada, protocolos coordinados y un hospital con todo su personal volcado en salvar vidas.
Medidas especiales de aislamiento que pasaban por protocolos para los profesionales cargados de directrices de como vestirse y desvestirse. "No era lo mismo la zona de confirmados con COVID-19 que la que marcábamos como sospechosos, aunque las terapias y las medicaciones nos daban a entender mucho y bien sobre la especialidad de la enfermedad que se asentaba muy rápidamente y los test quizá no eran suficientemente efectivos, fallaban muchas cosas pero con mucho esfuerzo de todos los compañeros y compañeras salvamos la situación crítica", comentaba David.
"Hoy la cosas han cambiado y ya es solo una planta la que alberga a los enfermos de COVID, también la UCI tuvo una especial importancia y gracias a ella se han salvado muchas vidas también" apostillaba el profesional.
Tras una breve pero intensa conversación cargada de entusiasmo por su profesión, y de nuestra parte de gratitud, suena el teléfono y David tiene que seguir con sus urgencias y coordinaciones sobre el día a día. David Álvarez estaba de guardia 24 horas, hoy saliente, descanso y a disfrutar de la familia, que por cierto, David es padre de Elba Álvarez otra de las zamoranas que destacan por su profesionalidad en el deporte de balonmano. Una familia completa que deja impronta y que marca como otras muchas el aspecto tanto solidario como humano en momentos duros.
GRACIAS en mayúsculas por todo y ojalá no haya que re-utilizar sus enseñanzas en breve, eso habrá servido para que la responsabilidad pase la factura lógica del momento y no haya rebrotes ni recaídas. Sigue habiendo casos y contagios, pero ahora es momento de tratar las secuelas de una enfermedad que tanto en el ámbito pulmonar como en el cardíaco están dando verdaderos quebraderos de cabeza a los médicos que se enfrentan a un enemigo desconocido.