El burro Bolinche y la Cofradía del Cencerro se hacen un año más con la Ciudad de Zamora
Los miembros de la cofradía del Cencerro hacían su salida puntual como cada año y las dulzainas junto con los cencerros anunciaban esta tarde el paso de la "cofradía" y de su mandatario más noble el burro "Bolinche"
Los del Cencerro volvían un año más a pasear por las calles acompañados por su inseparable burro, el despliegue de alegría y buen humor así como la marcada tradición de esta buena y consumada ya en el tiempo cofradía, regalaba roscas de pan a los zamoranos. Los "hermanos burros" han cumplido con esta singular tradición que ya cuenta con más de 50 años de historia. Este año sumando a los dos nuevos hermanos burros José y Ángel que suman otra pareja a la ya numerosa cofradía zamorana como novatos de este año acompañan y son ya más de 25 a los Dulzaineros de la Calle Real de Soria, una animación musical que sigue acudiendo a Zamora en el día de San Antón. Los dos nuevos miembros tendrán que pagar el cava que a los postres de la pesebrada se sirvan.
Vestidos para la ocasión con el uniforme de antiguos tratantes de ganado (jubona negra, boina negra y pañuelo blanco en el cuello) y provistos de una buena ristra de roscas de pan, y todo el buen humor de sus personas una cincuentena de hermanos de la Peña o Cofradía del Cencerro han vuelto a desplegar por la ciudad esa alegría y buen humor que les caracteriza. Desde que fuese fundada en 1962 por Ángel Centeno esta cofradía ha puesto la nota humorística en las calles de la ciudad y su paseo por las céntricas calles de la ciudad como San Torcuato, Herreros, Plaza Mayor o San Andrés, con sus habituales paradas en establecimientos hosteleros han vuelto a recordar que un año más los del Cencerro disfrutarán con salud al final de la jornada de la tradicional sanantonada o "pesebrada" poniendo punto final un año más a la festividad de San Antonio Abad.
Niños y jóvenes familias enteras mujeres incluidas muestran su buen humor ante una tradición que pone por iguales a hombres y animales, dando sentido a la humanidad tanto del animal como a la de su dueño. Una tradición más que sienta a Zamora muy bien y que le da una más que buena dosis de alegría en el frío invierno zamorano.
Galería de imágenes y vídeos ( Aroa Colmenero)