Dos zamoranos de un grupo de ocho miembros del CNI fueron asesinados en Irak un día como hoy en 2003

Fue la mayor tragedia sufrida los por servicios de inteligencia españoles, familiares y allegados de los asesinados en aquella emboscada en Irak siguen preguntándose las razones del cruel atentado en el que perdieron la vida siete agentes del CNI, dos de ellos zamoranos que hoy recordamos y por los que mostramos un respeto enorme, dos personas que vieron truncadas sus vidas y un futuro prometedor con tan solo 41 años.

 En un Nissan Patrol Blanco y en un Chevrolet Tahoe fue donde masacraron a los ocho agentes del CNI, siete tiroteados y posteriormente linchados y uno de ellos el único superviviente que fue el que contó como sucedió una emboscada donde los dos zamoranos perdieron la vida. Dias después y más adelante se les agasajó con honores pero ellos hacían su trabajo en un país en el que las hostilidades eran todas. Eran momentos de los 3 de las Azores y de armas de destrucción masiva, días de guerra en la que España se metió y que al final fue una Fake News, una de tantas y por la que dos zamoranos perdieron sus futuros y sus vidas y con ellos sus familias.

El grupo fue emboscado en la zona de Latifiya, a 30 kilómetros de Bagdad. La masacre de Latifiya se produjo en noviembre del 2003, y los zamoranos formaban a los Elementos de Contrainteligencia (ENCIS) adscritos a Diwaniya y Nayaf. 

Los zamoranos

El comandante José Carlos Rodríguez Pérez solo llevaba una semana en Iraq, y el brigada Alfonso Vega Calvo aunque llevaba más tiempo tenía una especial relación con el primero, les unía que eran zamoranos pero tenían muchas más cosas en común, puesto que se formaron en el Principado de Asturias y tenían la misma edad.

Alfonso nació en Stuttgart, Alemania, cuando sus padres trabajaban allí por tanto hijo de emigrantes, zamoranos con raíces en Aspariegos y en Bamba del Vino, localidad de la madre y donde reposan sus cenizas. Una calle lleva su nombre. El brigada era padre de dos hijos de 13 y 15 años de edad en aquel momento. Ambos los de Zamora estuvieron destinados en Oviedo antes de ingresar en el Centro Nacional de Inteligencia ( CNI) que fue el ente encargado de enviarlos a una misión de la que nunca regresaron. El comandante José Carlos Rodríguez Pérez estaba casado también y tenía un hijo de 2 años. Era natural de San Martín del Pedroso y era el lugar donde su familia residía puesto que su padre era guardia civil en el puesto fronterizo.

Alfonso Vega, estuvo destinado antes en Bosnia, llevaba en el CNI 13 años y en Bagdad desde el mes de julio de 2003. Era según relataban sus compañeros el espía perfecto y se mimetizaba de forma especial y estaba preparado en todo momentos tanto en las misiones en Irak donde se dejaba bigote y barba o se ponía una chilaba y se ponía a pedir limosna a la puerta de una mezquita. También era especialista en conducción de evasión.

En la emboscada fue el conductor del Chevrolet que dio la señal de alarma sobre aquella fatídica hora en la que los insurgentes se liaron a tiros con los dos vehículos de los que aunque salieron varios hombres para repeler la agresión fueron masacrados puesto que en número y en armamento eran inferiores.

El zamorano intentó alertar al conductor del Nissan de que el fuego lateral les iba a destrozar pero todo fue en vano. Esa mañana los agentes del CNI habían estado en Bagdad pero no pudieron volver a su base en Diwaniya. Ese fatídico 29 de noviembre de 2003, los ocho agentes, fueron atacados desde un Cadillac con 5 hombres fuertemente armados, comenzaron entonces la s hostilidades y los españoles pudieron repeler la agresión en principio.

Intentaron pedir ayuda puesto que la emboscada les dejaba sin munición y en un territorio como aquel a las 2:30 de la tarde nadie les iba a ayudar, ni siquiera sus celulares funcionaron correctamente, nadie les ayudó, pidieron refuerzos y un helicóptero pero no hubo forma de contactar con el mando base. Uno a uno fueron cayendo salvo José Manuel Sánchez Riera que pudo escapar. Una historia de película que fue real y que pueden leer en una novela de Fernando Rueda y que se titula:

"Destrucción Masiva". https://issuu.com/rocaeditorial/docs/destrucci_n_masiva__primeros_cap_tulos