Anselmo Esteban, la Pasión del lápiz y la acuarela
La Semana Santa constituye uno de los recuerdos más comunes que los zamoranos tienen desde su infancia. El paso de las procesiones, los grupos escultóricos y las imágenes de devoción fijan en la retina y la memoria estampas que permanecen toda la vida. Anselmo Esteban era un niño que contemplaba y dibujaba las procesiones y ahora plasma la Semana Santa en unas láminas que sorprenden por la belleza y maestría de quien, sin dedicarse profesionalmente al arte, siempre lo ha tenido presente en su vida.
"Llevo pintando toda la vida, desde niño", cuenta este zamorano que estudió Delineación en El Castillo y después se puso bajo el magisterio de Carlos San Gregorio en la Escuela de Educación y Descanso, y con el desaparecido Rodri en la Academia Séneca, en Pablo Morillo. Rotulista de profesión y vinculado siempre al mundo de la publicidad, Anselmo ha retomado hace unos años lo que ya hacía en su niñez. Y pinta, y plasma con una precisión milimétrica, los rostros ante los que rezan los zamoranos, las imágenes con las que este pueblo vibra cuando llega la Pasión.
El leve mohín de La Verónica, la dulce serenidad de la Soledad, la majestad del Cristo de las Injurias, el dolor de Nuestra Madre, la vida que escapa del Yacente, las manos que acarician el pelo de Jesús Descendido, la madera que habla de Redención... nada escapa a los lápices y las acuarelas de Anselmo, que ya en 1993 realizaba una exposición de plumillas en "Caché", la sala ubicada donde hoy está el Café Thalberg, germen de la actual Espacio 36 y donde Ángel Almeida combinaba las copas y los cafés con el arte emergente zamorano.
"La Semana Santa siempre me ha inspirado -explica Anselmo Esteban-, siempre me ha gustado mucho, creo que es una fuente inagotable. Casi toda la obra que tengo versa sobre ella, nunca me faltan temas... ¡anda que no hay para hacer dibujos, sobre todo imágenes!. Así, el zamoranos ha ido conformando una colección de láminas que recogen numerosas escenas, rostros y detalles de la iconografía de la Pasión zamorana. "Ahora, como tengo más tiempo libre -indica el zamorano- estoy centrándome más en las imágenes de devoción, aunque los grupos siempre han tenido mucho tirón, sobre todo los de la Cofradía de Jesús Nazareno".
En cuanto a técnicas, el zamorano ha ido evolucionando y ha pasado desde la plumilla al lápiz de colores para desembocar ahora en la acuarela.
La conoce, la vive en sus carnes. Cargador del magnifico grupo de "Redención", de Mariano Benlliure ("algunos dicen que no somos cargadores, que somos empujadores, pero yo me siento cargador y para mí es un orgullo ir debajo de un paso tan emblemático", matiza), Anselmo se maneja perfectamente en los entresijos de la Pasión, allá donde se encuentran todos los que arriman el hombro y trabajan codo con codo con las cofradías sin pedir nada a cambio. Precisamente este año el zamorano instalaba un original Nacimiento para la Cofradía de Jesús Nazareno cuyo escenario eran las Tres Cruces y con detalles de la cofradía de La Mañana integrados en el Belén. Haciendo bueno aquello de que la Semana Santa se vive todo el año.
Ahora los zamoranos pueden llevarse a casa retazos de su Pasión, esa pasión de plumilla, lápiz y acuarela que ilustra esas láminas salidas del corazón y también del trazo maravilloso de sus manos. Sus dibujos pueden encontrarse en la Librería Mil Hojas (donde estará el autor hoy y mañana), en la tienda de Matos y Soto (San Andrés esquina San Atilano) y en su página de Facebook, donde cada día sorprende a sus seguidores y amigos con su mirada mágica y artística sobre la Pasión.