Miércoles Santo: Real Cofradía del Cristo de las Injurias
Caperuces de terciopelo rojo tapizan el silencio jurado a los pies del Señor de Zamora en la tarde del Miércoles Santo. La ciudad guarda silencio al paso del Cristo de las Injurias, la portentosa talla que recibe culto en la Catedral y que desde los brazos de la Cruz abraza a Zamora entera, perfumada de incienso y con los labios cerrados.
A las 20.30 horas se congregan los hermanos en la Plaza de la Catedral, tras la ofrenda de silencio y juramento, se inicia el recorrido por la (ATENCIÓN CAMBIO) Salida por Plaza de Antonio Águila, Plaza de Arias Gonzalo, Rúa del Silencio, Plaza de los Ciento, Rúa de los Notarios, Rúa de los Francos, Plaza de Viriato, Calle de Ramos Carrión, Plaza Mayor (sin vuelta), Calle Renova, Plaza Sagasta, Calle de Santa Clara, Avenida de Alfonso IX, Calle de San Torcuato, Plaza Sagasta, Calle Renova, Plaza Mayor (centro), Calle de Juan Nicasio Gallego, Calle de la Reina, Calle Corral Pintado y Plaza de Santa María la Nueva donde finalizará la procesión recogiéndose en el Museo de Semana Santa.
Historia
La Real Hermandad del Santísimo Cristo de las Injurias, popularmente conocida como Cofradía del Silencio, se funda el 13 de Marzo de 1925 para realizar un traslado procesional del Cristo de las Injurias hasta San Esteban, iglesia donde tiene su sede la Real Cofradía del Santo Entierro, en la que ya desfilaba previamente el impresionante Crucificado.
El desfile procesional incorpora además dos grandes pebeteros de incienso: uno que representa la cúpula de la Catedral y otro de más reciente factura que representa la Torre del Salvador. El silencio de la tarde sólo es roto por los tambores que acompañan los pebeteros y el paso del Cristo, así como por los clarines que anuncian el paso del cortejo por las calles de la ciudad.
Tiene como acto principal el Juramento del Silencio, tomado por el Obispo de la Diócesis a los cofrades, rodilla en tierra, y ofrecido por el alcalde de la ciudad a los pies del Crucificado. El acto, que congrega a miles de personas, inicialmente se realizaba en el interior del atrio catedralicio, si bien el incremento del número de hermanos hizo que fuese trasladado a la propia Plaza de la Catedral.