El legado de los vinos de Orniz
Los ingenieros y enólogos Enriqueta Celemín y Diego Alfredo Ribbert, propietarios de Legado de Orniz, presentaron ayer sus vinos Triens y Epitafio a la Asociación de Sumilleres en el restaurante Casa Mariano. Legado de Orniz es una bodega radicada en San Román de Hornija y adscrita a la D.O Toro que apuesta por vinos de alta calidad.
Este cuidado personal desde la viña hasta que el vino llega a la mesa deriva en una pequeña de obra de arte en cada botella como culminación de un proceso que intenta sintetizar la historia de siglos de los vinos de Toro.
La cata comenzó con Triens 2010, cien por cien Tinta de Toro. Al ser su primera añada ya tiene un año largo en botella, donde adquiere redondez. Con aromas en nariz a tierra mojada tiene entrada muy rotunda en boca. En boca, sabores a fruta roja y regalices, también a cítricos cuando se abre.
En cuanto al Epitafio 2010, de trata de un vino más complejo y elegante, muy redondo, con presencia de fruta negra y gran equilibrio y persistencia en boca, con un gusto intenso y sensaciones muy agradables.
La cata finalizó con Epitafio 2011, un vino rojo intenso con presencia de frutos del bosque y notas de cacao y tostados en nariz -también mentolados y especias- y un gusto equilibrado y de gran profundidad en el que los taninos dulces y maduros de alternan con la madera y que aporta frescura en la zona media del paladar.
La cata se complementó con una proyección sobre la historia de los vinos de Toro y de la zona vitivinícola de San Román de Hornija, que se distingue por la heterogeneidad de sus suelos y por un contraste de temperaturas que crea un microclima que potencia la calidad y alta expresión de la uva.