El dos y pingada, el plato más demandado del Domingo de Resurrección

Dos y pingada
Además, algunos establecimientos hosteleros de la ciudad preparan menús especiales para ese día, haciendo que la tradición no solo se mantenga, sino que se adapte a los nuevos tiempos

Zamora vuelve a celebrar una de sus costumbres más queridas y sabrosas: el tradicional desayuno de Dos y Pingada, un homenaje gastronómico que reúne a familias y amigos alrededor de la mesa para dar por finalizada la Semana Santa con sabor local.

La receta, sencilla pero llena de significado, consiste en dos huevos fritos (los "dos") acompañados de una o más lonchas de jamón o panceta frita (la "pingada"), todo servido con buen pan y, en muchos casos, acompañado de vino o café. Aunque en sus orígenes era una comida humilde, hoy se ha convertido en símbolo de identidad zamorana.

En bares, hogares y reuniones al aire libre, el "Dos y Pingada" sigue siendo un ritual de reencuentro y celebración. Muchos zamoranos aprovechan la festividad para compartir este desayuno típico, que marca la transición de la solemnidad de la Semana Santa a la alegría de la Pascua.

Además, algunos establecimientos hosteleros de la ciudad preparan menús especiales para ese día, haciendo que la tradición no solo se mantenga, sino que se adapte a los nuevos tiempos.

Con cada bocado, Zamora recuerda que las costumbres más sencillas también son las más sabrosas. Porque aquí, el Lunes de Pascua no se entiende sin su "Dos y Pingada".