Crónica desde dentro: Motos Sanabria 2025, pasión, ruedas y corazón en la joya del noroeste zamorano
Tres días de emoción, comunidad, buen rollo y mucha pasión por las dos ruedas que este 2025 ha cumplido su 31ª edición con récord de participación, anécdotas entrañables y un espíritu que no hace más que crecer.
Miles de moteros llegados de todos los rincones de España —y del extranjero— volvieron a responder a la llamada de la famosa "Terapia Sanabresa". Porque lo que aquí se vive va mucho más allá de una concentración: es un reencuentro con amigos, con el paisaje, con la carretera y con uno mismo. Todo ello gracias a un grupo de moteros zamoranos que, junto a medio centenar de voluntarios y más de 40 patrocinadores, hacen que esta fiesta de las dos ruedas no tenga nada que envidiar a otras de ámbito nacional.
La organización, con la humildad por bandera y un curro titánico detrás, se supera año tras año. Este 2025, además de rutas impresionantes y una organización de diez, se sorteó una flamante moto entre los inscritos y se trajo a los mejores pilotos de Freestyle Motocross del panorama ibérico: Dany Torres, Diogo Ribeiro y Ricardo Santos, que hicieron temblar el cielo sanabrés con sus saltos imposibles.
Un pueblo que se multiplica por 15
Según el alcalde Miguel Ángel Martos, la población del municipio de Galende, con sus 11 pedanías y apenas un millar de habitantes censados, se multiplica por 15 durante estos días. "La logística es compleja, pero el trabajo conjunto de todos los que están detrás de la concentración lo hace posible. Nos desbordan, pero nos desbordan con cariño", señala con orgullo. "Siempre hay fallos imprevistos, pero nos dejamos la piel en solucionarlos lo más rápido posible".
Uno de los grandes quebraderos de cabeza, pero también uno de los grandes éxitos, son las rutas moteras. Este año hubo tres principales, una solidaria y varias rutas libres para que cualquier participante pudiera explorar la belleza de la comarca. Todo ello, con el aliento constante de los motoclubes zamoranos, como los Paketorros de Moraleja del Vino, que no faltan a la cita y siempre acuden con la sonrisa puesta y el corazón abierto.
Viernes: bienvenida con sol, motor y emoción
Aunque oficialmente la concentración arrancaba el viernes, desde el martes ya había tiendas de campaña clavadas en el suelo y moteros explorando la zona. Las primeras inscripciones con su camiseta, mochila, tikets sorteos y descuentos, comidas pinchos, y pin arrancaron el viernes por la mañana, y ya entonces la zona se convirtió en un hervidero de abrazos y reencuentros. La Guardia Civil, como cada año, colaboró para que las rutas fueran seguras y los accesos fluidos, también hacer mención especial al grupo de chicos y chicas de seguridad que hicieron compatible el descanso con la "juerga".
La primera ruta del viernes fue tranquila pero espectacular: bordeando parte de la comarca de Sanabria, pasando por Puebla su capital y terminando con un pincho en Barrio de Lomba, donde los vecinos aún comentan lo increíblemente respetuosos que fueron los moteros, dejando el entorno limpio como una patena. Por la noche, Sanabria se fue llenando de luces, motores y risas. Las calles y alojamientos colgaron el cartel de completo, y el frescor de la noche fue el mejor aliado para un buen descanso.
Sábado: el día grande, con reivindicaciones y emociones a flor de piel
El sábado fue, como siempre, el día "gordo". Desde las 10:00 de la mañana comenzaron a llegar más y más moteros, superando los 3.400 inscritos al cierre. A media mañana se emprendió una de las rutas más esperadas, la que lleva hasta la playa de Villardeciervos. Allí, más de 3.000 motos según la Guardia Civil, realizaron una sonora pitada a la salida desde el Puente de Sanabria y también al paso por Otero para reivindicar lo que todos tienen claro: que Sanabria no puede quedarse sin las paradas del AVE.
Por la tarde, hubo actividades con la DGT, charlas de seguridad vial y, cómo no, la tradicional ruta solidaria.
La jornada culminó con la espectacular exhibición de Freestyle Motocross que dejó a todos boquiabiertos. Las acrobacias, los vuelos imposibles y la energía de los pilotos fueron memorables. Y como no podía faltar, la ofrenda a los moteros fallecidos, la emotiva marcha de antorchas hasta la playa de Los Enanos y el chocolate caliente que, como cada año, calienta el alma tras tanta emoción.
A medianoche, una nueva sesión de acrobacias con Exhibiciones 666 y, ya de madrugada, la macrodiscoteca Alefran 2.0 puso a bailar hasta a los más madrugadores.
Domingo: arroz, banderas y despedidas
El domingo amaneció con el cuerpo cansado, pero el corazón a mil. A las 11:30 arrancaba la ruta a La Alcobilla, un enclave pintoresco donde más de 800 moteros degustaron el clásico Arroz a la Zamorana. El ambiente fue inmejorable: banderas ondeando, camaradería y la certeza de haber vivido algo especial.
Antes de la despedida, se celebró el sorteo de regalos y la entrega de trofeos. Entre ellos, el premio a la bandera más original que arrancó muchas carcajadas y aplausos. Fue también durante esta entrega de premios cuando se vivieron los momentos más emotivos del fin de semana: la pedida de mano, el cumpleaños de Alba y el reconocimiento a su tesón.
En plena Plaza, con cientos de testigos, un motero se arrodilló y pidió matrimonio a su pareja. ¿La respuesta? Un sí rotundo entre aplausos, lágrimas y rugidos de motor. Fue uno de esos momentos mágicos que hacen que Motos Sanabria no sea solo un evento, sino una historia compartida. Pero también espacio para la emoción. Y no solo eso. Otro momento cargado de ternura fue cuando se cantó el "cumpleaños feliz" a Alba, una de las voluntarias que este año ha vuelto. El año pasado sufrió un accidente el viernes llegando a Sanabria y prometió que volvería. Este 2025 cumplió su promesa y su sonrisa fue una de las más aplaudidas de todo el fin de semana. En reconocimiento a su esfuerzo y compromiso, se le hizo entrega de un pequeño homenaje ante la ovación general.
La edición 2025 de Motos Sanabria ya es historia… pero una historia escrita con gasolina, amor, respeto y muchas ganas de volver. Porque como dice el lema no escrito de este evento: "Aquí se viene en moto, pero se vuelve en familia".