Quién dijo pequeño Rock and Roll, cuando debiera ser Enorme
La tarde de ayer en el Ramos Carrión volvió a ser familiar, de rock and roll y de despiporre generacional. Un lleno absoluto dio a la tarde de domingo un sentido especial gracias a las evoluciones de los integrantes del espectáculo Pequeño Rock and Roll, enorme tendría que llamarme porque pequeño fue como se quedó ayer el Ramos.
Una nueva edición de lo que se ha llamado Pequeño Rock and Roll quizá de manera subliminal, ya que de pequeño nada y de enorme todo, fue un éxito rotundo y sin paliativos en el domingo zamorano del Ramos Carrión, no es la primera vez que esto ocurre puesto que el espectáculo es familiar pero sabemos de padres que fueron sin sus hijos.
Con un lleno hasta rebosar, y cuando vuelven de nuevo a la platea del Ramos los integrantes de un grupo mezclado para la ocasión, y en uno de los conciertos más esperados de los que la flor y nata zamorana y sus grupos, ayer se rompía de nuevo la apatía de un domingo por la tarde en la que muchos padres dejaron a un lado el Barça-Madrid para disfrutar con sus hijos de una verdadera conjunción de la música, el recuerdo, y el gamberreo familiar en el mejor sentido de la palabra.
Padres venidos arriba, hijos cantando al unísono como posesos ( y eso que muchos no habían nacido cuando los temas que sonaban en el Ramos se interpretaban ) en los momentos álgidos de un concierto que rememora canciones que nunca se olvidan y se mantienen en la memoria y se silban y tararean a diario. Muchos buscan de nuevo el espectáculo que volverá pero a la Cueva del Jazz en Diciembre, está claro que el no hay entradas se colgará al día siguiente.