Un estudio recupera el movimiento esperantista en Zamora entre 1908 y 1936 y revela su impacto cultural
El artículo, publicado en la revista portuguesa Côa Visão, sitúa a Zamora como uno de los núcleos más activos del esperanto en España durante el primer tercio del siglo XX
Zamora tuvo un papel destacado en el desarrollo del movimiento esperantista en España, según revela el artículo Esperantistas y rayanos. La lengua internacional del esperanto en Zamora (1908-1936), firmado por el investigador Carlos Coca Durán y publicado en el número 27 de la revista portuguesa Côa Visão. El estudio rescata del olvido a numerosos referentes culturales zamoranos que defendieron este idioma internacional como símbolo de progreso, libertad y entendimiento entre pueblos.
La investigación recoge cómo el esperanto, la lengua artificial ideada por Zamenhof y cuya estrella verde de cinco puntas se convirtió en un emblema de esperanza y fraternidad, tuvo una gran acogida en Zamora a principios del siglo XX. Según Coca, este fenómeno se consolidó como un movimiento pedagógico que puede considerarse precursor de las actuales escuelas de idiomas.
El artículo identifica a militares regeneracionistas, masones, estudiantes, feministas, socialistas, libertarios, obreros, viajeros e intelectuales zamoranos como protagonistas de una red esperantista muy activa. Entre los nombres citados destacan Eugenio Calvo Blasco, Pedro Calderón de la Barca, las hermanas Calvo, Engracia del Río, Agustín Santamaría o Amado Hernández Pascual.
Uno de los aspectos más llamativos es la existencia de un nutrido grupo de mujeres esperantistas en Zamora, que llegó a ser descrito en algunos medios de la época como una de las secciones más numerosas del país. Esta participación femenina refuerza el carácter cultural, vanguardista y transformador del movimiento.
El estudio también sitúa la actividad esperantista en espacios emblemáticos de la ciudad como la casa modernista de Ferriol en la plaza Sagasta, la actual Casa de las Panaderas, la Casa del Pueblo, la Escuela Normal de Maestros o los garajes de la antigua Ronda de San Pablo, donde se impartían clases del idioma.
Coca recuerda que el auge del esperanto fue global: en 1909 España acogió un congreso universal, y durante décadas existieron cientos de asociaciones y publicaciones en este idioma por todo el mundo. No obstante, la dictadura franquista reprimió con dureza el movimiento en Zamora, como en el resto del país, y sus principales impulsores fueron silenciados o perseguidos.
El artículo, que también puede leerse en el portal Ser Histórico (ver aquí), subraya que hoy en día el esperanto sigue despertando interés, incluso con detalles simbólicos como el uso del término Fromaĝo para referirse a la feria del queso zamorana. Una muestra de que la lengua planificada que soñó con unir a la humanidad sigue viva también en la memoria local.
El autor, Carlos Coca Durán, es especialista en movimientos sociales y culturales de los años 30, así como en la figura del poeta León Felipe, y ha coescrito con Jordi Maíz el libro Un verso en la trinchera. El grito revolucionario de León Felipe.