El "libro definitivo" sobre Ramón Álvarez

Un momento de la presentación del libro sobre Ramón Álvarez, esta mañana en el Museo de Semana Santa

La Junta Pro Semana Santa ha presentado esta mañana el libro "Ramón Álvarez 1825-1889", realizado por los historiadores José Andrés Casquero y José Ángel Rivera de las Heras y que, en palabra del presidente del órgano de cofradías, Antonio Martín Alén, supone el "libro definitivo" sobre la vida y obra del imaginero.

La publicación, editada con motivo del 125 aniversario de la muerte de Ramón Álvarez, consta de 300 páginas y contiene más de 300 fotografías, obras en su mayoría del estudio fotográfico Mynt y del propio Rivera de las Heras.

Con maquetación de Gonzalo Piorno y una cuidada edición en papel de gran calidad, el libro -del que se han editado 1.200 ejemplares- podrá adquirirse en las distintas librerías de la ciudad y en el Museo de Semana Santa al precio de 35 euros.

El libro consta de dos partes bien diferenciadas: la primera, obra de José Andrés Casquero, desvela nuevos aspectos biográficos del imaginero, mientras que la segunda, obra de José Ángel Rivera de las Heras, es un estudio sobre nueva obra, fruto de un intenso "trabajo de campo" en numerosos archivos de templos de la diócesis en su mayoría.

El "arquitecto" de la Semana Santa

José Andrés casquero ha destacado que el libro es un trabajo "hecho con honestidad" que supone una revisión al editado en 1989, que se planteó como un ensayo biográfico, y ha definido a Ramón Álvarez como el "arquitecto" de la Semana Santa de Zamora, "a la que supo imprimir el sello de un artista local".

El estudio aporta nuevos datos sobre la vida del imaginero -del que apenas existe documentación, al tratarse de un autor menor- como que llegó a Zamora capital con menos de cinco años, por lo que vive y crece en la ciudad, si bien existen lagunas sobre su formación. "Lo que ocurre desde los cinco años hasta que abre su taller como hojalatero con 20 años no lo sabemos, pero Ramón Álvarez no era autodidacta. Tuvo una vocación tardía, ya que empieza a hacer obra con 25 años y las más significativas, que son las que aporta a la Semana Santa de Zamora, son realizadas en una época plena y de madurez".

El historiador no renuncia a analizar su obra, que ha estudiado durante casi 30 años, destacando la diferencia entre sus mayores obras y las de menor calidad "que lo acercan más al santero y lo alejan del imaginero, y de las que en muchos casos no se puede decir con total seguridad que sean eminentemente suyas".