SCAYLE refuerza su apuesta por la biocomputación y las Humanidades y prepara su traslado a la nueva sede en 2025

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El Centro de Supercomputación de Castilla y León crece en capacidad tecnológica y define sus líneas estratégicas de investigación tras cerrar 2024 con superávit económico

El Centro de Supercomputación de Castilla y León (SCAYLE) refuerza su papel como motor científico y tecnológico en la región al fijar sus nuevas prioridades de investigación para los próximos meses. Durante la reunión de su Patronato y Comisión Ejecutiva, celebrada esta semana, se ha confirmado que el centro centrará sus esfuerzos en dos grandes áreas: la biocomputación y las Humanidades, con el objetivo de agrupar todos los proyectos activos bajo estas líneas estratégicas.

La decisión llega tras un primer semestre de 2025 que consolida el crecimiento del centro, tanto en capacidad técnica como en relevancia investigadora. SCAYLE, dependiente de la Consejería de Movilidad y Transformación Digital, ha mejorado su infraestructura de supercomputación, lo que permitirá desarrollar proyectos de alto impacto en campos como la inteligencia artificial, la simulación climática o la modelización molecular.

Además, el centro sigue apostando por áreas de vanguardia como la bioinformática, la computación cuántica y la ciberseguridad. Universidades de todo el país han incrementado su uso del superordenador, lo que refuerza el papel de SCAYLE como una herramienta clave para la investigación nacional.

Uno de los hitos más importantes a corto plazo será la apertura de su nueva sede, cuyas obras avanzan a buen ritmo y mantienen la previsión de estar finalizadas este mismo año. El traslado posterior supondrá un proceso complejo, pero permitirá al centro contar con un espacio pionero en sostenibilidad, eficiencia energética y tecnología avanzada. La futura sede albergará un Centro de Procesamiento de Datos (CPD) de alta disponibilidad, preparado para asumir los desafíos científicos de la próxima década.