¿Con quién puede uno contar?
Es una experiencia común: El envejecimiento del cuerpo y la vivencia de la subjetividad no van a la par, pudiendo existir entre ambos una distancia tan grande que ningún calendario sea capaz de fechar. Así, puede resultar increíble acercarse al espejo y comprobar, con extrañeza, el reflejo que éste nos devuelve: ¿Ése de ahí soy yo?
Por suerte, aquello que garantiza nuestra identidad toma forma por la relación con los otros, quienes son capaces de reconocer nuestra existencia por más que nuestro cuerpo cambie constantemente y envejezca. Es gracias a esos otros (fundamentalmente familiares, parejas y amigos) que podemos transitar este mundo con mayor seguridad, pero: ¿Qué sucede si el lugar de esos otros que nos acogen se desvanece? ¿Cómo arreglárselas con la vida entonces?
Esta problemática puede verse aún acrecentada si esos otros que nos constituyen caen de nuestra vida a temprana edad dejándonos como un velero para el que no existe puerto alguno porque va a la deriva: Quizá el capitán huyó, tal vez la tripulación se emborrachó e, incluso, nadie quiera reparar las velas rotas… En estos casos ¿Con quién puede uno contar?
Cada año cientos de jóvenes separados de sus familias encuentran la oportunidad de conocer a un voluntario que, gracias a su tiempo y dedicación, les orienta para evitar quedar varados en puertos poco aconsejables o navegar sin rumbo fijo por la vida. En ASECAL estamos convencidos de que cuidar la infancia mejora el mundo y por ello desde hace 20 años desarrollamos los programas Enlace y Te Acompaño destinados a acompañar jóvenes en dificultad. Si crees que podemos contar contigo contáctanos en www.asecal.org o en el teléfono 657 142 620.