Igea y Casado se disculpan por las "molestias" ocasionadas tras suspender ayer "de forma precipitada" la vacunación con AstraZeneca

El vicepresidente y portavoz de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, aprovechó la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno para pedir disculpas a los ciudadanos por la suspensión ayer "de forma precipitada" de la vacunación con AstraZeneca, unas disculpas que hizo también suyas la consejera de Sanidad, Verónica Casado.

Ambos consejeros coincidieron en que tomaron la decisión tras conocer el informe de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) que vinculaba los casos de trombosis denunciados en varios países del mundo con la vacuna de AstraZeneca. 

Aunque Igea lanzó críticas al Ministerio de Sanidad por no dar la orden de suspensión, también justificó en la "prudencia" la resolución de interrumpir por un día las vacunaciones, una determinación que, horas después, tomó la Unión Europea y avaló el Consejo Interterritorial de Salud.

Verónica Casado relató que conoció sobre las nueve de la mañana de ayer y de forma no oficial que la ficha de AstraZeneca iba a cambiar, es decir, que se iba a modificar el grupo diana. La consejera de Sanidad insistió en que llamó en dos ocasiones a la ministra Carolina Darias y esta le comentó que "suspender o no la vacunación era competencia de la Consejería de Sanidad".

Ambos consejeros justificaron la suspensión para proteger a los ciudadanos hasta saber lo que iba a decir la EMA. En ese informe, la Agencia Europea del Medicamento reconoce que los casos de trombo se ha dado en mujeres menos de 60 años. Por ello, solo se vacunará con AstraZeneca a los mayores de 65 años, justamente lo contrario de lo que se hacía hasta ahora.

"No nos importa haber perdido unas horas en la vacunación, lo importante era salvar vidas", recalcó Igea a pesar de las críticas recibidas por parte de los ciudadanos y de la oposición. "No me arrepiento", zanjó Verónica Casado porque "estaba claro que había que tomar esa decisión para evitar algún fallecimiento". La consejera de Sanidad reconoció que su resolución estuvo muy determinada por su profesión de médico.