Castilla y León y Extremadura activan un nuevo protocolo para frenar incendios en la frontera común
Castilla y León y Extremadura han renovado y fortalecido su cooperación en la lucha contra los incendios forestales mediante la firma de un nuevo Protocolo General de Actuación que refuerza los mecanismos de prevención y extinción en las zonas limítrofes entre ambas comunidades. El acuerdo ha sido rubricado por los consejeros de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones e Ignacio Higuero de Juan, y actualiza el convenio firmado en 1998 y su posterior adenda de 2010, consolidando así una trayectoria de casi treinta años de trabajo conjunto.
El nuevo marco establece una Zona de Actuación Conjunta ante Incendios Forestales (ZACIF), que comprende una franja de diez kilómetros —cinco a cada lado de la frontera administrativa— donde se activa de forma automática el envío de medios terrestres y aéreos en caso de incendio. Además, se establece un procedimiento operativo común y se definen los casos en los que las actuaciones se realizarán bajo mando unificado.
El protocolo va más allá del mero apoyo logístico: prevé la cooperación técnica, el desarrollo de programas de formación conjunta y el intercambio de información especializada entre ambos territorios. Todo ello con el objetivo de mejorar la respuesta ante emergencias forestales, especialmente en un contexto de creciente severidad de los incendios vinculada al cambio climático.
La experiencia acumulada en años anteriores avala esta colaboración. Entre los fuegos más relevantes se encuentran los de Pinofranqueado en 2023 y el de Acebo en 2015, ambos en Extremadura, donde la intervención de medios de Castilla y León fue clave para contener las llamas. Desde 2010, la comunidad castellanoleonesa ha intervenido en 689 incendios fuera de su territorio, más de la mitad en Portugal. Extremadura ha sido destino de 77 de esas intervenciones, el 11,2 % del total.
Por su parte, Castilla y León también ha recibido apoyo en 153 ocasiones, procedente en su mayoría de Madrid, Extremadura y Castilla-La Mancha. Esta red de colaboración no se limita al ámbito nacional, ya que la comunidad mantiene protocolos activos con todas las autonomías limítrofes y una intensa cooperación transfronteriza con Portugal.
Los datos reflejan además una mejora en la eficacia operativa de Castilla y León: en 2023, el 80 % de los incendios declarados se quedaron en la categoría de conato —menos de una hectárea afectada—. Sin embargo, los grandes incendios forestales, aunque apenas representaron un 1 % del total, fueron responsables del 66 % de la superficie quemada en la última década. Esta desproporción subraya la importancia de la cooperación entre territorios ante siniestros de gran magnitud.